Un instituto madrileño reta a sus alumnos a estar 7 días sin smartphone: "Al principio es raro, sientes que te vibra el bolsillo del pantalón"

Madrid

El reto surgió en el instituto madrileño a raíz de otro parecido que desarrolló un profesor en el País Vasco a partir de un grupo de telegram llamado "adolescentes libres de móviles", por la preocupación de la adicción a las nuevas tecnologías de los chicos de entre 12 y 13 años. Así, los profesores del IES San Juan de la Cruz decidieron extrapolar el proyecto a sus estudiantes de FP "con el objetivo de vivir el reto como un détox, una experiencia personal para reflexionar sobre cómo utilizamos la tecnología y cómo queremos utilizarla", explica María Domínguez, junto a Joaquín Casanovas, una de las impulsoras.

Cuenta Domínguez que al principio dedicaron unas semanas a la sensibilización, clase por clase, sobre las consecuencias de la adicción a los smartphones para, después, comenzar ese reto. "Al principio es rarísimo, sientes que te vibra el bolsillo del pantalón, lo buscas y sueñas que no tienes el telefoneo, sientes esa dependencia real de estar sin él". A medida que iban pasando los días, la profesora asegura que la sensación se va pasando: "Experimentas descanso, paz, duermes mejor y consigues focalizarte en otras actividades para las que antes no tenías tanto tiempo o tanta capacidad de concentración, como leer o ver una película sin estar pendiente del móvil".

Asegura Marina Domínguez que se nota mucha diferencia al final del proyecto con respecto a los primeros días, "si esto se alargara se sentiría más la diferencia, aunque siempre está presente esa sensación de FOMO, esa fobia a estar ausente y a estar perdiéndote las cosas que pasan a tu alrededor".

El proyecto, en el que han participado 9 profesores y 11 alumnos, ha tenido un impacto positivo en su bienestar físico y mental porque les ha permitido tener tiempo para ellos mismos y reflexionar sobre las consecuencias que genera la dependencia a las nuevas tecnologías. Además, tal y como ha señalado Domínguez, la gran mayoría de los participantes ha asegurado que estarían dispuestos a continuar el reto por su cuenta. Así, la idea es obtener las conclusiones pertinentes y poder elaborar un informe que sirva para que el proyecto se desarrolle en otros centros educativos y de trabajo.