El abuso de alcohol en la juventud se asocia con cambios emocionales, cognitivos y cerebrales
Así se revela en un estudio publicado por un equipo de investigadores liderado por la UAM
Entrevista a Patricia Sampedro, profesora del Departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la UAM, e investigadora de un estudio sobre el abuso de alcohol en la juventud, que se asocia con cambios emocionales, cognitivos y cerebrales
Alcobendas
El consumo de alcohol es un problema frecuente en la adolescencia y juventud. Los últimos informes publicados en nuestro país revelan que se trata de la droga más prevalente entre la población juvenil, y la primera, junto al tabaco, que comienza a consumirse en torno a los 16 años.
Un equipo liderado desde la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha encontrado que el abuso de alcohol en estas edades, sin llegar a ser todavía una adicción, va ligado a una serie de cambios emocionales, cognitivos y cerebrales que pueden hacer a estos jóvenes más vulnerables a una adicción futura al alcohol.
Aunque es necesario realizar más estudios en este campo, los resultados obtenidos pueden ser de gran utilidad práctica en los servicios sociales y sanitarios involucrados en la prevención y tratamiento del consumo de alcohol, así como un avance en la detección precoz de jóvenes en riesgo.
El trabajo, publicado en la revista Progress in Neuropsychopharmacology and Biological Psychiatry, analizó las puntuaciones, el rendimiento en diferentes pruebas neuropsicológicas y la actividad cerebral eléctrica en reposo de 82 jóvenes con una media de 18 años.
Para ello, los investigadores utilizaron una serie de cuestionarios centrados en aspectos de regulación emocional e impulsividad, y llevaron a cabo una extensa evaluación neuropsicológica en la que se analizó su rendimiento en pruebas atencionales, de memoria, y de funciones relacionadas con la planificación, la flexibilidad mental o la toma de decisiones.
En cuanto al análisis de la actividad cerebral se utilizó un electroencefalograma (EEG) que, de forma no invasiva, y mediante electrodos situados en el cuero cabelludo, permite conocer la actividad eléctrica del cerebro en zonas corticales. “Mediante esta técnica analizamos la ratio entre dos patrones de onda cerebral (theta/beta) que varios trabajos han relacionado con impulsividad y bajo control cognitivo”, concluyen los autores.
El trabajo fue llevado a cabo por miembros del Departamento de Psicología Biológica y de la Salud de la Facultad de Psicología de la UAM en colaboración con investigadores de la Universidad
Francisco de Vitoria (UFV) y Universidad Internacional de la Rioja (UNIR).
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