Las corrientes internas de los pantanos, responsables de los numerosos ahogamientos

Madrid

"Los embalses son grandes masas de agua y como en todas las masas de agua se pueden producir movimientos en la misma o corrientes por diversos motivos", ha explicado Carlos Granell, portavoz del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos y presidente del Comité Nacional Español de Grandes Presas (SPANCOLD).

El primer motivo, ha afirmado, podría ser la propia afluencia del agua al embalse "procedente de los distintos cauces que afluyen al mismo, es decir, el agua que llega de los ríos, que es variable en el tiempo y en el espacio". En segundo lugar, "el propio oleaje en el pantano que se genera por la misma acción del viento" y, en tercer y último lugar, "la propia operación de alguno de los elementos de desagüe que tiene la presa y que producen estos movimientos en la masa de agua que son las corrientes", ha terminado Granell.

Por eso, ha recordado el portavoz, "es muy importante que si el pantano tiene uso recreativo, el baño se realice en las zonas específicamente habilitadas y no fuera de ellas", ha concluido el presidente de SPANCOLD.

En La Ventana de Madrid, la jefa de guardia del SUMMA 112, Patricia Blanco, ha dado recomendaciones para bañarse de forma segura y evitar peligros: "Debemos bañarnos en zonas y horarios donde haya socorristas, a poder ser en grupo y que unos vigilen a otros y, si no vemos el fondo del pantano, no debemos zambullirnos, porque luego vienen las lesiones medulares u otras complicaciones", ha indicado Blanco.

En cuanto a la actuación en caso de emergencias, Alberto García, responsable del dispositivo de Cruz Roja en el Pantano de San Juan, y Juan Martín, instructor de Servicios de Formación del Área de Rescate de los Bomberos de la Comunidad, insisten en la importancia de seguir estas recomendaciones sobre cómo actuar en caso de ahogamiento.

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Tal y como han señalado, en los embalses se produce el efecto de la "falsa piscina". Al no haber olas, el bañista echa a nadar sin la sensación de peligrosidad y muchas veces no es capaz de volver a la orilla cuando viene una de estas corrientes. Es entonces cuando el pánico entra en juego, se comienza a nadar más rápido y se produce el fenómeno del nadador cansado, el agotamiento. Por eso, intentar mantener la calma es primordial.

"Hay una conducta que se da incluso en el carné de conducir que es el PAS: proteger, avisar y socorrer", ha afirmado García. "Es primordial protegernos, lo primero, a nosotros mismos, porque si no tenemos los medios ni el conocimiento necesario y nos ponemos en peligro entrando al agua, no podremos realizar el segundo paso, avisar al número europeo de Emergencias 112", ha subrayado.

De hecho, tal y como ha señalado Martín, "cuando una persona se está ahogando y está en una situación de estrés, lo único que quiere es que alguien le ayude, pero si nos lanzamos, nos va a agarrar e incluso nos va a forzar para que nos hundamos con él". Por eso, recuerdan: si la persona está muy inquieta, es mejor lanzar un objeto que flote para que se agarre.

Si la persona está tranquila o se encuentra inconsciente, pero flotando, Martín dice que es posible -siempre que se tenga capacidad de nado y fuerza para remolcar el cuerpo- acercarse y llevarlo hacia la orilla. Una vez allí, habría que llevar a cabo algunas comprobaciones: "Hay que hablar a la persona y ver si responde a estos estímulos", ha declarado García. "Si no responde, vamos a realizar la maniobra 'frente mentón' que consiste en poner una mano en la frente, otra en la barbilla, y con un movimiento hacia atrás de la cabeza del afectado, vamos a acercar nuestro oído a su boca y nariz y a observar su tórax", ha detallado.

En el caso de que respire, según apuntan, habría que poner el cuerpo de lado. Si no, habría que hacer maniobras de reanimación cardiopulmonar. "Lo más importante es que llamemos al 112 para que nos expliquen en todo momento cómo ejecutarlas paso a paso", ha terminado García.