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Qué hacer si nuestro hijo está enganchado al móvil

El verano es una época donde los adolescentes usan todavía más su teléfono móvil y la desconexión con la familia puede aumentar. Hablamos de cuáles son los síntomas de adicción y cómo intentar prevenir el problema

Enganchados 1x1: Menores enganchados al teléfono móvil.

Fuenlabrada

Los teléfonos móviles son hoy en día casi una extensión de nuestro cuerpo, tenemos tantos contactos, fotos, tanta vida ahí dentro que cada vez pasamos más tiempo consultándolo, hablando o navegando a través de él, especialmente los más jóvenes, que se han convertido en sus principales fans, ya que a través de él usan apps y redes sociales para comunicarse con sus iguales, bucean en las redes y en los contenidos digitales más diversos. Pero, ¿cuándo el uso que hacen del móvil niños y adolescentes se convierte en un problema, cuándo se considera que están enganchados a este dispositivo?

Javier Hidalgo, educador social del Servicio de Prevención y Atención al Juego y las Adicciones Tecnológicas del Ayuntamiento de Fuenlabrada, responde a todas las dudas. Hay que comenzar reconociendo que niños, niñas y adolescentes, ven el móvil como “algo que les fascina. Encuentran contactos, amigos videos…, todo a través de Internet y redes sociales”, acceden a videojuegos y navegan entrando, a veces, en contenidos inapropiados, sin ningún control. “La mayoría de las mecánicas de redes sociales, videojuegos y apps generan una gran pérdida de control, en especial a niños y adolescentes”, por eso son los más vulnerables.

¿A qué edad dar un teléfono móvil?

Y aquí viene la pregunta del millón, ¿a qué edad hay que dar un móvil a un niño? Según este experto, va a depender de la madurez del menor para que pueda gestionar de manera equilibrada la tecnología, y eso mejor que nadie lo conocen sus padres. Los más vulnerables y que más problemas de ‘enganche’ tienen son los niños desde los 10 años, cuando suelen tener su primer móvil, hasta la adolescencia tardía de los 21 años, cuenta Hidalgo, “son los más vulnerables”. Por eso, los padres deberían preguntarse, ¿mi hijo sabe frenar y priorizar sus cosas, como tareas escolares, ante un examen? ¿Sabrá cortar el juego y estudiar? Si sabemos que tiene estrategias para parar, es el momento de introducir el móvil, siempre con supervisión”.

Signos de dependencia del móvil

Si con 10 años un menor ya tiene un móvil, pero sin ningún tipo de configuración, sin límites de tiempo, ni de acceso a contenidos, no hay un plan digital familiar de normas cuando se entrega el dispositivo y si a eso se une a la falta de control del menor, el problema puede surgir, indica este experto que detalla los signos de alerta:

  • Se observa una pérdida de control. Los chavales no saben parar y dejar el móvil en el punto donde están jugando o interactuando con los amigos. ·El padre le dice para porque vamos a comer y pasa el tiempo y no lo hace”.
  • Hay una pérdida de noción del tiempo. Pueden estar jugando, viendo videos o en redes sociales horas y horas sin darse cuenta.
  • El teléfono interfiere en su vida. El móvil ocupa los espacios de otras actividades generadoras de bienestar como el deporte, ir con los amigos o la familia. Se aísla porque piensa que todo lo tiene en el dispositivo. “Las mecánicas de videojuegos, redes, apps son muy parecidos, entonces visualizando videos puedes estar cuatro y cinco horas y no hay fin. Además, los videos cortos de las redes sociales enganchan mucho, ahí se ve muy bien la pérdida de control. Pasa también con los videojuegos de ejecución muy rápida y las plataformas de video en streaming”, dice Hidalgo.
  • También se ve muy frecuentemente enganche a redes sociales. Hay unas mecánicas diseñadas para robar el tiempo, fundamentalmente. “Los creadores tratan de que te tires muchas horas interaccionando, porque buscan un patrón de gustos, como te relacionas y en función de eso te ofrecen contenidos. También los videos cortos son superadictivos”.

¿Qué hacer para evitar el enganche?

Hidalgo recuerda que en el servicio municipal en el que trabaja se imparten talleres por los centros educativos para enseñar a que el menor controle el dispositivo y no sea éste el que le controle a él. Para conseguir esto aconseja:

- Cuando se entrega un dispositivo por primera vez debe ir acompañado de un plan digital familiar, con normas de funcionamiento, como determinar en qué espacios se usa, por ejemplo. Es aconsejable hacer un contrato de uso por escrito para contemplar cosas como el tiempo de uso, los espacios, a qué contenidos puedo acceder, qué no me puedo descargar, qué consecuencias hay “si me pillan viendo, por ejemplo, pornografía”…

- Acotar los tiempos y los espacios ¿Por la mañana, por la noche, en rutinas como en la mesa comiendo? Importante que el móvil no se lo lleven a la cama para garantizar su descanso y que no accedan a contenidos inapropiados, por eso se aconseja de se deje cargando fuera de la habitación.

- Todos estos consejos deben ir acompañados de mucha supervisión y de formación de los padres para que sepan los riesgos que hay y cómo actuar. “Antes de ver si mi hijo se descarga TikTok a lo mejor me tengo que ver un tutorial, los padres tienen que ir siempre por delante, para un control efectivo, sin ser agobiante”. Y una recomendación muy especial, nunca hacer un perfil falso para ver qué hace mi hijo en una red social. “Hay que cultivar la confianza con nuestros hijos. Debemos ir al lado, no siendo policías”.