El fotoperiodista alcalaíno Fernando Villar, en Hoy por Hoy: "La imagen perfecta requiere mucho oficio y un punto de suerte"

Alcalá de Henares

En pleno verano, cuando la memoria de nuestros teléfonos móviles no da abasto para almacenar las miles de instantáneas que hacemos durante las vacaciones, se ha hecho viral una fotografía profesional. El pasado 14 de julio, el fotoperiodista Evan Vucci sacó "la fotografía perfecta", y en Hoy por Hoy, la escritora y colaboradora Ángeles Caballero ha querido destacarlo con José Luis Sastre, invitando al estudio al fotoperiodista de Alcalá de Henares, Fernando Villar, para participar en 'El carrete'.

El fotógrafo, autor de muchas de las imágenes que ocupan las portadas de los periódicos en España por su labor para la Agencia EFE, ha explicado cómo se logra la foto perfecta. Y se hace "por un lado con mucho oficio y, por otro lado, con un punto de suerte". Villar, días después del atentado contra Donal Trump cuyas imágenes han dado la vuelta al mundo, cuenta que en aquel momento había cuatro fotógrafos "todos muy profesionales y muy buenos que estaban allí, cubren el evento de una manera muy profesional, lo documentan muy bien". Sin embargo, sólo una de las imágenes es la que aparece en la mayoría de los medios de comunicación del mundo, y aparecerá en los libros de historia porque "él consigue un punto de belleza en la imagen que es absolutamente perfecta".

Llama la atención el fotógrafo alcalaíno sobre un momento en el que "probablemente el cien por cien de los asistentes llevaban una cámara en el bolsillo, en su teléfono móvil", y a pesar de la cantidad de fotos que se pudieron hacer en el momento, "la imagen que va a aparecer en los libros de historia es la de este fotógrafo" para la agencia Associated Press. "La composición es bella, está todo en su sitio, la bandera de detrás, el gesto de él, la posición en la que están los escoltas, incluso el puntito de sangre es el suficiente para que dé dramatismo pero no sea insoportable".

Es cuestión, concluye, de "profesionalidad y suerte". Eso sí, a la hora de publicar las imágenes, advierte de que hay "una línea roja". Los fotoperiodistas no utilizan filtros. "No se puede. Hacemos unos ajustes muy básicos en la edición de las fotografías. No se pueden poner filtros".

Y aunque la receta de "profesionalidad y suerte" es la adecuada para una foto como la de Vucci, en cuanto al secreto de lo que hace viral a una imagen, "Me pillas. No lo sé. Yo creo que no lo sabe nadie. Se viralizan cosas que, en teoría no tienen ningún sentido. La de Trump era inevitable porque encaja todo tan bien que era inevitable. De hecho, sólo se ha viralizado esa imagen del fotógrafo de AP. El resto eran fantásticas imágenes, pero del subcampeón no se acuerda nadie".

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Miles de fotografías caducas

Durante la sección, destacaba José Luis Sastre que cada uno sacaremos de media, este verano, unas 2.000 fotos. "¿Cuántas veces vemos las fotos que sacamos?", se pregunta. Y son "Muy pocas" como afirma Ángeles Caballero. "Antes era un acontecimiento para el que te preparabas con tu mejor pose. Ahora sacas veinte esperando a que, con suerte, en alguna no salgas con los ojos cerrados".

Un fenómeno creciente en los últimos años que no deja de sorprender a Caballero. "Tiene un punto absurdo. El hecho de que tú acudas a un concierto y ver que la mayor parte de la gente en vez de estar disfrutando, coreando, bailando, estés queriendo hacer fotos. Quizá es generacional pero yo veo ahora cosas que no veía antes. Ir a una exposición y que haya gente haciendo fotos a las obras de arte o fotografías expuestas. ¿Luego se las pone en un proyector en su casa y las admira".

Sobre esta cuestión se pronuncia Fernando Villar con un ejemplo personal. "Son muchas, sí. El problema es que se producen y se consumen a la misma velocidad. No las vuelves a ver. No es lo mismo lo que significaba para nuestros padres. Mi madre y sus amigas se hacían todos los años una foto para las fiestas del pueblo. El fotógrafo hacía un fondo que había pintado, mi madre y sus amigas se ponían con el vestido que se habían estado haciendo todo el año y se hacían una foto al año. Esa foto. Es diminuta, no más grande que una tarjeta de visita, pero tiene un poder evocador infinitamente más grande que las dos mil fotos que te hagas con el móvil en unas vacaciones".

Brihuega y los campos de lavanda

Antes de cerrar la sección en torno a la icónica foto de Evan Vucci, Sastre pregunta a Villar "¿Qué pasa con los campos de lavanda?". Se refiere a los también icónicos campos de Brihuega, en Guadalajara, a los que desde hace años acuden miles de personas para hacerse fotos.

Explica Villar que "son una pasada" y ya "se ha convertido en una tradición para iniciar el verano irse a fotografiar a los campos de lavanda de Brihuega". El fotógrafo suele "ir a hacer un reportaje para la Agencia EFE. Hay un montón de campos donde no está permitido el acceso, pero hay uno que pertenece al Ayuntamiento de Brihuega al que sí se puede entrar".

Allí, sin embargo, el espectáculo que busca Villar no es el de las flores, "el paisaje humano de la gente que se mete en ese campo es para verlo. Hay parejas de novios vestidos de novio, niños de comunión, familias enteras vestidas de blanco, autobuses enteros de asiáticos que no sé cómo llegan hasta allí... lo recomiendo".

Y confiesa que allí "roba" fotos. "Sí lo hago. Voy a ese campo y les robo las fotos. Veo que están ahí una pareja que le está costando porque han montado un trípode y no pueden. Yo me ofrezco a hacerles la foto pero les pido que luego me dejen hacerles una para mí".

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