"¿Quién me paga que mi hija me pregunte cada día si van a tirar su casa?": los vecinos de San Fernando de Henares, sin metro y sin viviendas

Madrid

Hace 17 años desde que el Gobierno autonómico de Esperanza Aguirre -en plena campaña electoral, en el año 2007- ejecutara las obras de la línea 7b de metro en San Fernando de Henares, un municipio al este de la Comunidad de Madrid, a apenas media hora de la capital, con cerca de 40.000 habitantes.

Ahora, hacen dos años desde que el ejecutivo regional cerrara gran parte de la línea, entre San Fernando y Hospital del Henares, por los trabajos de reparación del túnel, después de su hundimiento por filtraciones de agua debido a esas obras. A día de hoy, las filtraciones siguen moviendo el terreno y con él, no solo el túnel del metro, sino los cimientos de 73 casas, que ya son escombros.

Este fin de semana, además, se cumple un mes desde que se cerrara por completo la línea, desde Barrio del Puerto, en Coslada; con una estimación de duración de nueve meses.

"¿Quién me paga todo lo que he sufrido yo?"

En la zona cero, con más de 500 viviendas afectadas, David, vecino de San Fernando de Henares, pide un "plan integral" para solucionar la situación: "Nosotros queremos un plan integral, pero un plan integral real, porque a mí, ¿quién me paga todo lo que he sufrido yo? A mí, ¿quién me paga que mi hija me diga todos los días que si se va a tirar a su casa? Eso, ¿quién me lo paga? A mí no me lo paga nadie, eso me lo he comido yo y mi mujer. O que diga mi hija en Navidad, cuando tiraban las casas, que los reyes magos dónde dejaban los regalos de los vecinos que le han tirado la casa. Lleva tres años y medio viviendo todo esto, o salir a la terraza y ver todo esto, derribar la vivienda de tus vecinos, o no verlos ya más cuando los veías asomados a la terraza. ¿Ahora qué? Ahora no las veo. Ahora me ha cambiado a mí toda la vida esto".

"Me he quedado aislada, es que me han tirado a los vecinos por un lado, a los vecinos del otro, solamente veo máquinas, pantallas de derribo...", aseguraba Conchi, vecina de Calle La Presa. Desde la terraza de David, o la casa de Conchi, se puede ver el escenario desolador de las calles Rafael Alberti y Pablo de la Olavide, un paisaje que las lonas y las vallas no pueden tapar.

Aumentan las viviendas dañadas

La vivienda de Guadalupe resiste: "Enfrente tenía bloques y tenía casas, ahora no hay nada, está desierto. Y decían, ¡ay, pues qué bien, te va a entrar el sol! Digo, pues mira, el sol, ya últimamente no quiero sol. Prefiero que en invierno, a las cuatro de la tarde o a las cinco, encender la luz, pero por lo menos están mis vecinos ahí". La vecina de San Fernando se emocionaba mientras explicaba: "Es que toda la vida viviendo con vecinos, viviendo con gente, que te pase esto, hombre, que eso no es así. Lo estamos pasando muy mal".

Balbina, recién jubilada, verá cómo su casa es derruida en septiembre, después de un año y medio desde su desalojo: "Pensaba tener una vejez más tranquila de lo que estoy viendo que me va a pasar. Nos indemnizarán con una cantidad que ellos estimen y con eso nos tendremos que apañar. Aunque la casa la tiren y no haya nada, yo tengo un compromiso con el banco y tendré que seguirlo atendiendo. Entonces, pues claro, es todavía más absurdo todo".

Los vecinos continúan advirtiendo de que hay un aumento de viviendas dañadas alrededor de la zona cero que están siendo olvidadas por el Gobierno autonómico.