Las monjas vuelven al convento de Griñón
Tras más de dos años deshabitado, el cenobio vuelve a acoger a religiosas, pero en esta ocasión de la orden Peregrinos de la Eucaristía
Griñon
Las últimas monjas clarisas abandonaron el convento de la Encarnación de Griñón en la primavera de 2022, pocos meses antes de que fuera declarado Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. Han sido más de dos años los que el cenobio ha quedado deshabitado, pero la vida religiosa ha regresado al interior de sus muros tras la llegada de 6 monjas de la congregación Peregrinos de la Eucaristía, que sustituye a las tradicionales clarisas que habitaban el edificio.
Según ha informado el Ayuntamiento de Griñón, el pasado miércoles se celebró una misa presidida por el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán, para dar la bienvenida a la congregación, cuyo fundado, Francesco María, estuvo presente durante la Eucaristía.
Desde el propio Ayuntamiento han manifestado su “satisfacción porque después de varios años esperando la reapertura de este recinto (…) volvemos a tener una orden de clausura en nuestro convento, lo que garantiza que después de cinco siglos, siga siendo un espacio ligado a la vida religiosa”.
El Consistorio ha agradecido “los esfuerzos” del Obispado de Getafe para traer una orden religiosa al convento de Griñón, a los vecinos “que han apoyado para que viniese una nueva congregación religiosa” y, en especial, a “nuestros vecinos Belén y Basilio, que han cuidado durante estos años de este edificio y han velado por su conservación y mantenimiento”.