Del negacionismo de la violencia de género a los mensajes de odio contra migrantes: el paso por la política de Rocío Monasterio
La portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, ha entregado su acta de diputada en la Cámara regional tras ser relegada de la Secretaría General de Vox Madrid
El paso por la política de Rocío Monasterio
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Madrid
Rocío Monasterio ha entregado su acta como diputada de Vox en la Asamblea después de que la dirección nacional de Vox anunciara ayer su cese inmediato como presidenta del partido en Madrid. El sustituto de Monasterio al frente del partido en Madrid es José Antonio Fúster, considerado del ala dura de Vox, partido del que va a seguir siendo portavoz nacional.
Negacionista del cambio climático, de la violencia machista o impulsora de mensajes racistas: la ex portavoz del grupo de ultraderecha ha dado mucho de qué hablar en los ochos años en los que ha ejercido la política.
Contra las campañas por el cambio climático
En cuestión de medioambiente, Rocío Monasterio ha cuestionado en numerosas ocasiones la base científica del cambio climático, calificándolo de "estafa". "Esto del llamado calentamiento climático, cambio climático, emergencia climática parece evidente que es una bandera del neomarxismo utilizada como herramienta para un control de la producción enérgica y la producción alimentaria", llegó a decir en un debate sobre el cambio climático celebrado en el Círculo de Bellas Artes.
En lucha contra el feminismo y el colectivo LGTBI
Para la ex diputada, la igualdad entre hombres y mujeres siempre ha sido un tema menor y en repetidas ocasiones ha tildado estos espacios de "chiringuitos" que colocan a políticos. Por eso, al igual que con la crisis climática, siempre se ha mostrado a favor de reducir el gasto en campañas dirigidas a la promoción de la igualdad, abanderando claros mensajes antifeminista: "Yo no quiero que estas feministas de hoy me pongan un burka, ni me amordacen, ni me digan cómo tengo que pensar, lo que puedo o no decir...yo creo en la libertad", apuntaba. En esta misma línea, Monasterio ha presionado durante su actividad política, sobre todo al PP de Ayuso, pidiéndole que derogara la Ley autonómica de violencia de género y la ley LGTBI.
Contraria también a la Ley Trans -celebró la reforma de Ayuso que eliminaba libertades y derechos de las personas del colectivo en Madrid- escudándose en la defensa de los menores de la región. Defendía Monasterio que permitir clases de educación sexual y LGTBI en los colegios era promover contenidos ideológicos que no cabían en las escuelas.
Mensajes racistas
Uno de los temas más recurrente de Monasterio en la Asamblea de Madrid ha ido dirigido hacia los migrantes, impulsando mensajes racistas contra ellos, como cuando llenó Madrid de carteles comparando las pensiones con el gasto que suponen los menores extranjeros no acompañados. También, el momento que protagonizó en el atril de la Cámara madrileña cargando contra el diputado de Podemos Serigne Mbaye y al que acusó de entrar en España de forma ilegal, "saltándose la cola de entrada a muchos inmigrantes legales que estaban esperando y que habían cumplido con todos los requisitos y, además de entrar de forma ilegal, se lucró durante años". Palabras que se negó a rectificar, a pesar del revuelo, y la petición expresa de rectificación en la cámara.
Trampas y fraudes
Momento polémico - y que quedará en la historia de la Asamblea- fue su doblo voto fraudulento durante un pleno desde el escaño de al lado, que se encontraba vacío en el momento de la votación, y que la hasta ahora diputada defendió hasta el final justificándolo en un simple fallo, sin reconocer la artimaña. Finalmente, la Mesa de la Asamblea la sancionó con 15 días de sueldo.
Sí reconoció en sede judicial, como desveló El País, que llegó a firmar proyectos como arquitecta antes de tener el título. Además, fue condenada por la obra ilegal que su estudio de arquitectos realizó en el loft de Arturo Valls.