El invierno, peor para la piel que el verano

Fuenlabrada

“Puede parecer lo contrario, pero el invierno es peor para la piel que el verano”, así de claro se muestra Juanjo Andrés Lencina, dermatólogo y director médico de Laboratorios Ozoaqua.

Con la llegada del invierno, las bajas temperaturas y la sequedad de la calefacción suelen afectar nuestra piel. Además, este 27 de noviembre se celebró el Día Mundial de la Dermatitis Atópica, una condición que afecta a muchas personas, especialmente en esta época del año

“Debilita la barrera cutánea y puede aumentar la sensibilidad. En condiciones como la dermatitis atópica, esto puede desencadenar brotes más frecuentes o intensos debido a la pérdida de humedad y a los cambios bruscos de temperatura, que irritan la piel. La dermatitis atópica empeora en invierno porque la piel ya de por sí tiene una barrera cutánea alterada, lo que la hace más propensa a la sequedad. Los pacientes suelen experimentar más picor, enrojecimiento y descamación. Además, el estrés del clima frío, la ropa de abrigo que puede irritar la piel, y la humedad reducida en interiores pueden agravar los síntomas, haciendo que la piel sea más vulnerable a infecciones", explica Lencina.

Entre las recomendaciones, "lo más importante es mantener la piel bien hidratada. Recomiendo el uso de emolientes ricos en ingredientes como ceramidas, que ayudan a restaurar la barrera cutánea, y aceites ozonizados, que no solo hidratan sino que también tienen propiedades antiinflamatorias y regeneradoras. Es fundamental evitar duchas muy calientes, ya que resecan aún más la piel, y optar por jabones suaves que respeten el pH natural. También es clave usar ropa de algodón para evitar la fricción e irritación causada por tejidos más ásperos como la lana", señala el dermatólogo.

Pero entre los consejos también hay una parte que tiene que ver con la alimentación. “Mantener una buena hidratación bebiendo suficiente agua, incluso en invierno, es esencial. También recomiendo una dieta equilibrada rica en ácidos grasos omega-3, que tienen propiedades antiinflamatorias. Reducir el estrés, que es un desencadenante común de brotes, también es importante, ya sea a través de ejercicio, meditación o técnicas de relajación. En casos severos, no duden en consultar con un dermatólogo para evaluar la necesidad de tratamientos más específicos", asegura el entrevistado.

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Aquí el papel de la microbiota, tanto intestinal como cutánea, es fundamental. “Ayuda a reducir la inflamación y a fortalecer la barrera cutánea, lo que es especialmente importante en condiciones como la dermatitis atópica. Para favorecerla, recomiendo una dieta rica en alimentos prebióticos, como frutas, verduras y cereales integrales, que alimentan a las bacterias beneficiosas, y probióticos, presentes en alimentos como el yogur o el kéfir. También es importante evitar dietas demasiado restrictivas o ricas en azúcares, ya que pueden alterar este equilibrio", enumera Lencina.

Pero esta época del año puede traernos otras afecciones de la piel y el dermatólogo asegura que "en invierno también vemos un aumento en casos de eccema por sequedad, psoriasis agravada por el estrés o el frío, y rosácea que puede desencadenarse por los cambios de temperatura. La piel de los labios y las manos también es especialmente vulnerable, por lo que es importante usar bálsamos labiales y cremas de manos protectoras. Los aceites ozonizados también son un gran aliado para estas áreas, ya que ayudan a reparar y proteger la piel".