¿Conocías estos animales míticos?

Comunidad de Madrid

Los animales siempre han acompañado al ser humano, bien formado parte del entorno natural en el que vive, o de su vida en calidad de mascotas o ganado; y, aunque parezcan seres diferentes a las personas, no hay que olvidar que los animales también forman parte de la historia (y, como consecuencia de ello, de la mitología).

A veces funcionan como símbolo, otras como ofrenda para los dioses y, otras veces, como acompañantes o criaturas relacionadas con algunas divinidades. Además, en ocasiones, el mismo animal puede asociarse con diferentes dioses de diferentes culturas, o incluso con seres dentro de la misma familia. Tal es el caso del cuervo, asociado a Odín en el mundo vikingo, pero también a Morrigan en el mundo celta, además de estar asociado a Apolo en la mitología griega, caracterizándose, en este último caso, como un animal con plumaje blanco hasta que portó una mala noticia para el dios. Sin embargo, en la mitología nórdica, aun manteniendo el rol de mensajero, su misión consiste en transmitirle al padre de todos lo que pasa en el mundo (siendo concretamente el papel de Hugin y Munin, dos cuervos asociados a Odín que representan el pensamiento y la memoria).

Otro animal que destaca a menudo en la mitología es la serpiente. A causa de sus movimientos al reptar, su habilidad para desaparecer repentinamente, el brillo, la fuerza fascinante de sus ojos, y especialmente a consecuencia de su fatal mordedura, han sido la fuente de numerosas leyendas en las que el temor ancestral llevaba a deificarlas para aplacar su furia, o a ser consideradas el origen de todos los males, como pasa en el Génesis, en donde se utiliza a este reptil como representación del diablo para tentar a Adán y Eva para que comieran el fruto del conocimiento. Aunque, dentro de la cosmología judeocristiana, la serpiente también se asocia al arcángel Rafael, ya que también puede ser vista como un símbolo de transformación y purificación, tal y como hace consigo misma al mudar la piel.

Por otro lado, si algo ofrece la mitología, no son sólo ejemplos de especies que podemos encontrar hoy en día en la naturaleza, sino también seres fantásticos que, con el tiempo, se han convertido en el símbolo de la fantasía literaria y cinematográfica y que, a lo largo de los siglos, han suscitado todo tipo de ideas y preguntas. Prueba de ello puede ser el unicornio, una criatura que forma parte del folclore europeo. Este animal, representado como un caballo con un cuerno) ha cautivado la imaginación humana durante siglos, especialmente en la Edad Media. Las raíces de su mito se remontan, al menos, al año 400 a.C., cuando se documentó por primera vez un animal parecido a lo que entendemos hoy por este ser. Y, aunque ahora lo veamos como una criatura que simboliza la pureza y la magia, puede tener un lado no tan amable. Los primeros relatos describen al unicornio como un animal feroz, veloz e imposible de capturar, con un cuerno mágico capaz de curar numerosas dolencias; y, con el tiempo, terminaría adquiriendo un significado adicional como símbolo de pureza, protección y caballerosidad medieval. Incluso adquirió connotaciones religiosas, llegando a emplearse como alegoría de Cristo, pero algunas historias lo muestran como una criatura no tan mansa. Si bien mantiene esa imagen de pureza, en ellas, el unicornio actúa como una especie de examinador, bien de la pureza virginal de las mujeres, bien de la pureza del corazón de quien los encontrara, llegando a atravesar con su cuerno el pecho de aquellos que no lo fueran.

Si quieres saber más sobre estos y otros animales en la mitología, ¡no te puedes perder la sección de esta semana!