Aumenta el consumo de pornografía entre los menores: ¿Cómo abordarlo desde casa?
Este miércoles, la asociación Punto Omega explica qué riesgos y cómo se puede tratar desde la familias
Aumenta el consumo de pornografía entre los menores: ¿Cómo abordarlo desde casa?
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Móstoles
Educar, comunicar y acompañar a los jóvenes desde casa en su aprendizaje sobre el sexo, son algunos de los consejos para prevenir el consumo de pornografía en exceso en edades tempranas. Lo cuenta Alicia García de Pablo, psicóloga de la Asociación Punto Omega en Hoy por Hoy Madrid Oeste: "Es importante no hacer del sexo un tabú y dar un enfoque positivo a la sexualidad".
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El consentimiento es una de las claves para una educación afectivo-sexual sana que contrarreste las narrativas que se normalizan en el "porno mainstream" y que pueden calar en los menores. La pornografía más extendida y accesible reproduce "roles y estereotipos sexistas" y "prácticas de riesgo" en las que se "erotiza la violencia contra las mujeres", asegura la psicóloga.
En torno a los 12 y 14 años son las edades a las que muchos menores inician el consumo de pornografía, aunque según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Igualdad, 6 de cada 10 adolescentes ven pornografía, iniciando el consumo a los 8 años. García de Pablo matiza que "este consumo no siempre es voluntario, ya que es muy habitual que se den accesos accidentales: publicidad, ventanas emergentes, búsquedas no relacionadas con el ámbito sexual que dan como resultado contenido pornográfico..."
Alicia García de Pablo advierte de que el consumo de pornografía puede volverse adictivo y generar "problemas psicosociales, problemas en las relaciones interpersonales, problemas a nivel sexual, aislamiento, baja autoestima y problemas con la imagen corporal, entre otros". Como con cualquier adicción, el principal síntoma es la necesidad de ver pornografía, asociada a la masturbación. La psicóloga apunta además "los sentimientos de culpa o vergüenza" como señales de alarma que "pueden convertirse en un circulo vicioso porque la persona utiliza el porno para regular sus emociones: cuando está triste, sola, de bajón, aburrida o agobiada".