El 'maquillaje contable' de Ayuso para rebajar de 7.291 a más de 4.000 las muertes en residencias
El Gobierno madrileño solo tiene en cuenta las muertes de mayores con COVID y obvia que los 'protocolos de la vergüenza' no permitían el traslado de ningún residente con problemas cognitivos o de movilidad

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, sale del hemiciclo en un receso de la sesión de control celebrada en el pleno de la Asamblea de Madrid este jueves / JUAN CARLOS HIDALGO (EFE)

Madrid
Ayuso y su Gobierno han realizado un ejercicio de maquillaje contable para reducir drásticamente el número de muertos durante lo peor del COVID en las residencias de ancianos de 7.291 a poco más de 4.000. Han recurrido a datos del Instituto Nacional de Estadística, pero dejando fuera a todas aquellas víctimas que no fueran específicamente catalogadas como enfermas o sospechosas de COVID.

Además, el Gobierno de Ayuso, para sostener ese espejismo de los 4.100 muertos, tampoco computa en su nuevo cálculo a los muchos ancianos que murieron por otras enfermedades, pero a los que el llamado 'protocolo de la vergüenza' también les impidió ser trasladados a un hospital a recibir atención digna.
Si uno va a la base de datos del Instituto Nacional de Estadística, que son los datos que ahora utiliza Ayuso, y suma todas las personas que murieron en las residencias de Madrid durante marzo y abril de 2020, efectivamente, la cifra es 7.269 muertos. Prácticamente, la misma cifra que reconoció su Gobierno hace años, 7.291 muertos. La misma cifra en la que las víctimas se llevan referenciando todo este tiempo, y que ahora Ayuso intenta desmontar, aunque sea a través de este truco contable.
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Fuentes de la Consejería de Sanidad madrileña han detallado este jueves de dónde sale esa cifra que el Gobierno de Ayuso utilizó este miércoles para definir como un "invento" la muerte de 7.291 personas en las residencias.
Son "datos irrebatibles del INE", según estas fuentes, de fallecimientos registrados entre enero y julio de personas con COVID. Y este es el matiz importante. Dejan fuera a todos los mayores que, con los protocolos de la vergüenza en la mano, tampoco pudieron ser trasladados al hospital. Por ejemplo, residentes con deterioro cognitivo o con problemas de movilidad.
Por lo tanto, si uno solo tiene en cuenta los fallecimientos con COVID en las cifras del INE, en efecto, sale una cifra muy similar a la que hace pública ahora el Gobierno de Ayuso. Pero si incorpora el parámetro 'otras causas', la cifra se eleva hasta 7.269. Un dato muy parecido al que defendía en su día la Consejería de Asuntos Sociales y que ahora el Ejecutivo madrileño define como un “invento”. Y aquí está la prueba. En febrero hubo 500 muertes en residencias atribuibles a esas "otras causas", mientras que en marzo, en plena pandemia, la cifra se dispara a 1.800, por lo que la cifra se multiplicó por cuatro.

Reportaje EP159 | Los olvidados del COVID
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Fuentes de la Consejería de Sanidad madrileña aseguran que el acta de defunción es el documento acreditativo firmado por un médico que determina taxativamente la causa de fallecimiento. Y añaden que el apartado “otros” en las actas de defunción nunca puede aparecer como motivo de fallecimiento el COVID, ya que la persona no falleció por esta enfermedad sino por otras múltiples casuísticas, pero no por COVID. El Gobierno madrileño insiste en que “es el certificado de defunción exclusivamente el documento válido ilegal que determina la causa de fallecimiento de una persona y eso es lo que se recoge fidedignamente en la información del Instituto nacional de estadística, que determina que de enero a julio de 2020, fueron 4134, los fallecidos por el COVID-19 con su correspondiente acta de defunción firmada por un médico”.


Roberto Torija
Periodista. Director de Contenidos de Radio Madrid en la SER y profesor de la Escuela de Periodismo...