"Madrid se llenó de caravanas de coches, como el nuestro, celebrando la legalización del PCE. No fuimos conscientes de que nos fotografiaran"
Antonio González fue uno de los miles de militantes del Partido Comunista de España que el 9 de abril de 1977 tuvo un 'sábado de gloria rojo'

Madrid
Los grandes titulares llevan publicados cuarenta y ocho años. 'El partido Comunista de España, legalizado' (El País, 10 abril 1977), 'Noticia de alcance, el Partido Comunista de España ha sido legalizado' (TVE), 'Militantes del PCE brindan por la legalización del partido, en la sede de su organización' (pie de foto ABC). ¿Pero, cómo lo vivieron los militantes? La mayoría callados, o semi callados durante cuarenta años viviendo la clandestinidad, explotaron de felicidad en plena Semana Santa
La foto
Publicada en la Hoja del Lunes, del 11 de abril de 1977, la instantánea muestra un Renault 12, engarzando la Gran vía y dejando atrás la esquina de la calle Virgen de Los Peligros en Madrid. Es obra de alguno de los fotógrafos de la Agencia de Informaciones Gráficas Torremocha, que según cuentan los archivos, era una delegación de distribución fotográfica que funcionó desde cerca de los años cincuenta del siglo pasado, hasta los años de la Transición. Su temática era mayoritariamente referente a la vida del espectáculo. Sin embargo, ¡cómo no cubrir un día histórico, pese a que la noticia era más bien de orden social o político!
Antonio González Tapia, militante comunista desde 1960 la tenía guardada en casa desde aquel sábado de Gloria. Su hijo Paco, al que el reportero captó, mientras hacía ondear la bandera roja con la hoz y el martillo por la ventanilla del copiloto, supo de su existencia desde que fue realizada. Bruno, el nieto, hoy estudiante de Periodismo, la había echado algún vistazo en casa de los abuelos. Sabía que era importante, pero no era consciente del significado que las generaciones anteriores a la suya le otorgaban. Para Antonio suponía que "se había acabado la clandestinidad" que durante diecisiete años había padecido en sus carnes y en su familia.
'El sábado de Gloria' rojo, de Antonio
"Mi familia y yo nos encontrábamos en el pueblo de mi suegro (Rebollosa de Jadraque, Guadalajara) pasando la Semana Santa - escribe en un archivo que su nieto Bruno me hace llegar. Al atardecer, nos enteramos de la noticia en la taberna del Alcalde. Fue el día más feliz de mi vida. El mes de abril es desde entonces especial para mí. El 6 de abril, celebro el aniversario de bodas, el 9 la legalización y el 14 la proclamación de la segunda República"
"Aquella tarde - prosigue - decidimos volver a Madrid para celebrar que se habían acabado para mi y mis compañeros, diecisiete años de clandestinidad y que la libertad había llegado por fin a España. En esa fecha yo era el secretario de la agrupación del Paseo de Extremadura - Puerta del Ángel, con 300 vecinos afiliados.
Así que el día 10 de abril madrugamos y nos fuimos para Madrid. Allí me estaban esperando mis camaradas y organizamos una gran caravana de coches. Recorrimos medio Madrid, y cuando llegamos a la Calle Virgen de los Peligros, una gran pancarta cubría la sede del Partido Comunista de España. Al tomar la Gran Vía, nos hicieron la foto sin nosotros ser conscientes de ello. Nuestro coche era el primero del grupo. El 11 de abril la instantánea apareció en la Hoja del Lunes. Alguien nos identificó y quisimos hacernos con la foto que se publicó."
Hace unos días, cuando Antonio supo que vendría a la radio a contar esta historia, le pidió a su nieto, Bruno, que hiciera un pequeña investigación para dar con el periódico que publicó la imagen. Escribe entonces : "es mérito de mi nieto, futuro periodista, el hallazgo del nombre del medio".

La familia González / Myriam Soto

La familia González / Myriam Soto
La visita a casa de Antonio
El periodismo, Bruno se dará cuenta de ello en los años por venir, tiene muchas cosas buenas. Entre ellas, la capacidad de conocer a decenas, centenares de personas. Muchas de ellas te abren las puertas de sus casas, para contar sus vivencias. Como lo hicieron los González con la redactora que escribe estas líneas. Fui a conocerles para que me contaran, en su intimidad, antes de hacerlo ante los micrófonos de la Cadena SER, cómo fue vivir todo ello.
Nos reunimos alrededor de una mesa de salón. Antonio presidía. Tomó sus papeles con sus recuerdos y empezó a relatar. Es curioso, pero algunos de los detalles que salieron por su boca aquella tarde, eran referidos por primera vez. Cosas de la clandestinidad, supongo. De hecho, a causa de esa clandestinidad, en dos ocasiones, policías de la Brigada Político-social se presentaron en su casa de forma abrupta para registrar su domicilio, con el consiguiente susto de los ocupantes. A saber, su mujer y sus hijos de corta edad.
Alrededor de esa mesa de salón, se encontraba como ya he dicho, Antonio, Paco, el nieto y futuro periodista Bruno, y Yolanda. ¿Quién es Yolanda? Aún no la habíamos mencionado. Yolanda es la hija mayor de Antonio. ¿Dónde estaba Yolanda el día de las celebraciones? En casa con su madre. La explicación nos la ofrece ella de viva voz: " Entonces, los sábados o los domingos, mi madre me llevaba a misa a Santa Rita y Justa. Yo siempre lo comento que no me dejaron ir. Iban tres amigos en la parte trasera, mi padre y mi hermano, yo no tenía sitio. Pero me sentí excluida".
La DGS, las torturas, y el libro
¿Quién de los de su quinta (Antonio va a cumplir pronto los 89) y de sus ideas, no pasó por los calabozos de la Dirección General de Seguridad? El acabó detenido, junto con otros tantos después de una asamblea sindical del Banco Exterior. A él lo torturaron, pero otros, como Julián Grimau encontraron la muerte el 20 de abril en 1963, como recuerda nuestro protagonista.
Escuchar a Antonio es poder estar durante horas imaginando un pasado que afortunadamente pasó. Bruno le ha prometido que va a escribir su biografía, estaremos atentos. Mientras tanto, esperamos estar a la altura de las generaciones pasadas para dejar un futuro un poco mejor a los que vienen detrás.

Myriam Soto
Redactora de Radio Madrid