El Estornino negro, el imitador incansable del campo
Con un canto que mezcla voces de otras aves e incluso de sus depredadores, el estornino negro sorprende por su habilidad para incorporar sonidos ajenos a su repertorio diario
Nuestra Naturaleza: El Estornino negro, el imitador incansable del campo
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Colmenar Viejo
En la naturaleza, la voz es mucho más que un simple canto: es advertencia, seducción, advertencia o engaño. Y entre las aves, algunas han perfeccionado el arte de imitar con una maestría que sorprende incluso a los más expertos observadores.
Sabemos que los loros y los córvidos —como las urracas y los cuervos— son grandes imitadores. No solo reproducen los cantos de otras aves, sino también sonidos ajenos al mundo natural, como timbres, motores o incluso la voz humana. Pero hay otros imitadores menos conocidos y más sutiles, cuyas habilidades tienen fines muy distintos.
Uno de ellos es el Alcaudón Real, una pequeña rapaz que engaña con su voz. Imitando el canto de aves como la Curruca Cabecinegra, las atrae para tenderles una trampa. Lo que parece una serenata es, en realidad, el primer acto de una emboscada. Una imitación que no busca compañía, sino comida.
La Calandria, por su parte, es una de las grandes virtuosas del repertorio imitativo. Su canto puede mezclar sonidos de numerosas especies y, a veces, resulta difícil saber qué hay de original en su voz. Lamentablemente, su presencia se ha hecho cada vez más escasa por nuestra zona, y su canto, lleno de ecos ajenos, ya no se escucha con la frecuencia de antes.
Hoy queremos detenernos en otro imitador excepcional: el Estornino negro. Esta ave, discreta en apariencia, posee un talento extraordinario para imitar los cantos de muchas otras especies, y lo hace con tanta naturalidad que llega a incorporar esas imitaciones en su propio canto diario. Su repertorio es amplio y variado, e incluye no solo cantos melodiosos, sino también los sonidos de posibles depredadores. Una estrategia que puede desorientar o confundir, y que convierte cada una de sus vocalizaciones en un pequeño rompecabezas sonoro.
El Estornino negro es, en cierto modo, un recopilador de voces. Escucha, aprende y transforma. En su canto resuenan fragmentos del paisaje sonoro que lo rodea, como si la memoria del bosque o del campo quedara grabada en su garganta.
En un mundo cada vez más ruidoso, estos imitadores alados nos recuerdan el poder de la escucha, la adaptabilidad y la creatividad en la naturaleza. A veces, la mejor manera de hacerse oír... es sabiendo imitar.

Nacho López Llandres
Desde 2005 presento el tramo local de Hoy por Hoy en la zona norte de Madrid, además de contar noticias...




