Maternidad divina, cuando la mitología demuestra que se puede ser madre de muchas formas

Comunidad de Madrid

La maternidad es un asunto que nunca pasa de moda y que le suele acompañar algún que otro debate sobre cómo debe llevarse. Hay muchas ideas y posturas que rodean este concepto, pero la verdad es que la mitología deja bastante claro que no hay un solo modelo de maternidad. Se habla de diosas madrees, diosas que engendran, pero también de diosas o criaturas que, aun no siendo madres biológica, ejercen un papel de crianza. Ello lo prueban Gea, Lilith y Equidna.

En la mitología griega, la primera madre de todas, es Gea (la Tierra), de quien nacen los titanes, los dioses olímpicos, el mar, los montes y todo cuanto existe en el mundo. Esto es lo que le lleva a esta diosa a ser considerada la Diosa Madre tanto por los mortales como por los propios dioses olímpicos. Sin embargo, no sólo desempeña un papel protector en los mitos, ya que, pese a haber ayudado a sus hijos para derrotar a Urano, se terminaría posicionando en contra de Zeus en la Gigantomaquia. Además, de esa posición antagónica (y de su unión con Tártaro), nació Tifón, el que, quizá, sea de los peores monstruos de esta mitología, siendo temido por todos los dioses por su terrible naturaleza.

Gea interviene en muchos mitos y, a pesar de todos, gozaba de un gran respeto en la antigua Grecia. Incluso los juramentos que se prestaban en su nombre estaban considerados entre los más sagrados.

Por otro lado, además del papel de madre amorosa, algunas mitologías hablan de madres de monstruos. En el mundo del esoterismo, Lilith suele ser quien encarna a esta figura, ya que su mito la señala como la madre de los demonios tras su marcha del Edén, aunque hay quien considera esta figura como una figura de empoderamiento femenino, lo visceral y lo que, en general, se sale de la norma.

En realidad, para muchos es a la tradición judeocristiana lo que es Nix para la griega, ya que a esta segunda diosa se le considera, directamente, la madre de “monstruos”, como las Keres (diosas de la muerte violenta), Eris (la discordia) o Ezis (la aflicción), al menos, según Hesíodo. Aunque, también, se le compara con Equidna, quizá más en ese papel de madre de monstruos entendido como algo literal, ya que Equidna sí es la madre de los monstruos que aparecen en la mitología helena.

En este caso, es considerada una ninfa perteneciente a la estirpe de las Fórcides, o monstruos serpentinos femeninos. Se dice que era tan temible que los dioses la mantuvieron prisionera bajo la tierra, aunque se la conoce más por ser la consorte de Tifón, con quien tuvo a criaturas como Cerbero, la Quimera, la Hydra de Lerna, Escila o el León de Nemea.

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