Un estudio reciente desvela cómo la ganadería extensiva puede coexistir con la fauna silvestre

Colmenar Viejo

En amplias zonas de Norteamérica y de Europa están aumentando las poblaciones de grandes carnívoros (lobos, linces, osos), de ungulados silvestres (ciervos, corzos, jabalís) y de carroñeros estrictos (buitres) gracias a las políticas de conservación de la naturaleza y al abandono rural.

El aumento de las poblaciones de grandes vertebrados frecuentemente da lugar a conflictos con las personas, especialmente con el sector ganadero, ya sea por ataques y daños (caso de carnívoros y buitres) o por la transmisión de enfermedades al ganado (ungulados silvestres). Esta situación también se da en la sierra y el piedemonte de Madrid, de la que Colmenar Viejo no es ajeno.

Un estudio reciente analiza las estrategias que se pueden llevar a cabo para minimizar los conflictos y posibilitar la coexistencia entre seres humanos y fauna silvestre en Madrid. Ello pasa por:

• Adaptar el manejo ganadero a la presencia de fauna silvestre para prevenir ataques y efectos indeseados, esto es, aplicar medidas preventivas.
• Indemnizar a las y los afectados cuando se producen daños y, en los casos más delicados.
• Recurrir a expertos en diálogo y mediación.

Hablamos de ello en nuestra sección de naturaleza de esta semana con Pablo Acebes, profesor e investigador del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid y vecino de Colmenar Viejo.