No toques ni recojas a las crías de corzos, no están enfermas ni abandonadas, se están ocultando

Guadarrama

Como cada año y casi de forma sincronizada, han vuelto a nacer todos los corcinos de la Sierra de Guadarrama, crías de apenas 2 kilogramos de peso, que no están preparadas para seguir a la madre ni huir de los depredadores. Por ello, y para una mejor defensa, permanecen inmóviles entre la vegetación, intentando pasar desapercibidos. El problema es que cada año, senderistas y visitantes del Parque Nacional, confundidos por su comportamiento e intentando ayudarles, ocasionan un gran número de pérdidas en la nueva generación de corzos. Recogerlos o tocarlos suponen con toda probabilidad la muerte de la cría, porque rara vez sobreviven en cautividad y porque tocarlos desmorona toda su estrategia antidepredatoria, como ha explicado el jefe de Operativo de Agentes Forestales, Miguel Higueras.

Higueras ha recordado que la madre, de manera discreta, durante ese primer mes de vida les vigila y controla, acercándose a ellos lo imprescindible para amamantarles y limpiarles escrupulosamente, de manera que no emitan ningún tipo de olor. Cuando una persona toca un corcino, este se impregna de un olor extraño, dejando que sea fácilmente detectable por depredadores oportunistas como el zorro.

Esta estrategia de mimetismo que realizan los corcinos ha sido adquirida evolutivamente durante miles de años, ayudados de un pelaje moteado con una librea con dos líneas de manchas de color blanco en el dorso durante su primer mes de vida. Además, presentan una serie de glándulas odoríferas que pueden causar fuertes reacciones alérgicas e inflamatorias al tocarlos.

El Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama ha vuelto a pedir a todos sus visitantes que en ningún caso toquen ni permanezcan cerca de las crías de corzo durante estos días, y que si tienen dudas de su estado de salud, llamen a los Agentes Forestales.