Espacio de Comunicación: Decir lo que uno piensa no justifica una comunicación agresiva; aprender a ser honestos con empatía mejora nuestras relaciones
Sinceridad no es sinónimo de herir, es la trampa de ‘yo soy así’

Espacio de Comunicación: Decir lo que uno piensa no justifica una comunicación agresiva; aprender a ser honestos con empatía mejora nuestras relaciones
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Alcobendas
¿Cuántas veces has dicho —o escuchado— frases como “yo soy así, digo lo que pienso”? A primera vista, suena a autenticidad. Pero en muchos casos, esconde una excusa para ejercer una comunicación agresiva, poco empática o, incluso, dañina. Esta semana, en nuestro espacio de Comunicación con Sarah Baglietto, exploramos una de las trampas más comunes y menos cuestionadas en el día a día: confundir sinceridad con falta de cuidado.
Decir la verdad no implica renunciar al respeto. Ser honestos no debería ser una licencia para herir. La clave está en cómo lo decimos, cuándo lo decimos, y si realmente lo estamos diciendo por el bien del otro o solo para descargar lo que sentimos.
A veces, bajo la bandera de la franqueza, se esconde la impaciencia, la intolerancia o la necesidad de tener la última palabra. Pero la verdadera comunicación asertiva —esa que construye, no destruye— requiere entrenamiento, conciencia emocional y una buena dosis de empatía.
Porque no se trata de dejar de ser sinceros, sino de aprender a serlo sin causar heridas innecesarias.

Nacho López Llandres
Desde 2005 presento el tramo local de Hoy por Hoy en la zona norte de Madrid, además de contar noticias...




