Los brutos: el barrio que dejamos atrás, la ficción que nos persigue
Escrita y dirigida por Roberto Martín Maiztegui, esta obra del Centro Dramático Nacional nos sitúa en el vértice entre el origen y el deseo, entre lo que fuimos y aquello en lo que soñamos convertirnos.
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Los brutos: el barrio que dejamos atrás, la ficción que nos persigue
Madrid
Desde la Sala Francisco Nieva del Teatro Valle-Inclán, A vivir Madrid se asomó este fin de semana a Los brutos, una de las propuestas más personales y contundentes de la temporada. Escrita y dirigida por Roberto Martín Maiztegui, esta obra del Centro Dramático Nacional nos sitúa en el vértice entre el origen y el deseo, entre lo que fuimos y aquello en lo que soñamos convertirnos.
La función sigue los pasos de Nito, un joven de barrio que entra en una escuela de cine para estudiar guion. Pero ese impulso creativo, que le empuja a escribir sobre lo que ama, implica también una renuncia: la distancia con su familia, con su mejor amigo, con sus raíces. A medida que escribe, intenta retener en la ficción aquello que teme perder en la vida real. Y con ello se abre una herida que late en toda una generación: ¿a quién traicionamos cuando intentamos ser nosotros mismos?
Autobiografía, barrio y ficción
Con una puesta en escena vibrante y un lenguaje directo y poético, Los brutos es también una reflexión sobre el arte como espacio de transformación. Roberto Martín Maiztegui —creador de series como La ruta— plantea aquí su debut como director teatral con una pieza cruda y emocional que bebe de sus propias vivencias y memorias. La metáfora del montaje cinematográfico (“los brutos” como material en bruto) atraviesa toda la obra como símbolo de lo que dejamos atrás para dar forma a nuestra identidad.
El elenco está formado por Javier Ballesteros, Ángela Boix, Olivia Delcán y Emilio Tomé, que encarnan distintos personajes en esta batería de ficciones dentro de la ficción, donde lo trágico y lo cómico se entrelazan. En palabras de Maiztegui, “la imaginación puede ser un acto violento, igual que lo es construir una vida distinta a la que se nos dio”.
Un montaje de alta sensibilidad
La escenografía de Mónica Boromello, el vestuario de Sandra Espinosa y el diseño sonoro de Sandra Vicente acompañan un montaje de estética sobria y sensible, que convierte el escenario en un espacio de duelo, deseo y memoria. La obra podrá verse hasta el 15 de junio en el Teatro Valle-Inclán (Sala Francisco Nieva), de martes a domingo a las 20:00h.
Puedes escuchar la entrevista completa en ‘A vivir Madrid’ aquí: cadenaser.com/radio-madrid/a-vivir-madrid




