El Museo Olavide: el museo que guarda la memoria de los cuerpos olvidados
El riesgo de perder esta colección no es solo patrimonial: es simbólico. Porque si dejamos que estas figuras vuelvan a la oscuridad, estaremos también dejando en la sombra a las personas que representaron
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El Museo Olavide: el museo que guarda la memoria de los cuerpos olvidados
Madrid
Este fin de semana, A vivir Madrid pone el foco en una joya científica y patrimonial que atraviesa un momento crítico: el Museo Olavide, una de las colecciones anatómicas más importantes de Europa, se enfrenta al riesgo de desaparición tras el desalojo ordenado por la Universidad Complutense de Madrid.
En su columna, Espido Freire aborda el tema desde una doble perspectiva: la del valor médico e histórico de estas figuras de cera, y la de la dignidad humana que representan. Con una sensibilidad que va más allá de lo museístico, la escritora nos invita a mirar estas piezas como lo que realmente son: rostros, cuerpos, historias. Muchas de ellas pertenecieron a mujeres marcadas por enfermedades de transmisión sexual en el siglo XIX, la pobreza o la prostitución forzada. Figuras realistas, silenciosas, que llevan más de cien años esperando que alguien vuelva a mirarlas con respeto.
Una colección única, al borde del desmantelamiento
El Olavide es heredero de la tradición anatómica del Hospital de San Juan de Dios, donde se formaron generaciones de médicos observando estas reproducciones meticulosas de afecciones dermatológicas y venéreas. La colección, que desde 2016 estaba acogida por la Complutense, debía abandonar su sede en apenas dos meses por “razones económicas y organizativas”. La medida ha generado una ola de indignación en la comunidad científica, con más de veinte sociedades médicas solicitando su conservación urgente.
Pero más allá del mundo académico, el Museo Olavide plantea una pregunta de fondo: ¿qué hacemos con la memoria de los cuerpos vulnerables? ¿Qué lugar ocupan en nuestra historia quienes fueron enfermos, pobres, estigmatizados?
Cera, carne y memoria
En tiempos de inmediatez y olvido, Espido Freire reivindica el poder del detalle, de la materia, de lo que permanece. Las figuras del Olavide —muchas realizadas por artistas y médicos que buscaban una exactitud científica radical— no son solo documentos clínicos: son gestos detenidos en el tiempo, testimonios de una época donde la ciencia convivía con el dolor, y donde la pedagogía anatómica servía también como ventana a realidades sociales que hoy seguimos sin mirar de frente.
El riesgo de perder esta colección no es solo patrimonial: es simbólico. Porque si dejamos que estas figuras vuelvan a la oscuridad, estaremos también dejando en la sombra a las personas que representaron.
Escucha la columna completa de Espido Freire en el programa A vivir Madrid: cadenaser.com/radio-madrid/a-vivir-madrid




