Un estudio de la UC3M demuestra que la jornada de 4 días funciona… pero con matices
El compromiso tanto de las empresas como de los trabajadores, el entorno sindical o la libertad de organización son aspectos cruciales en el funcionamiento de esta vía laboral

Campus de Leganés de la UC3M / David Callejo

Getafe
La Universidad Carlos III de Madrid ha coordinado un estudio con el nombre InnovaWorking, presentado recientemente en el Parlamento Europeo, en el que varios investigadores han analizado algunos modelos de jornadas laborales de 4 días por semana en distintos países y sectores europeos para saber si su aplicación es adecuada (España, Finlandia, Francia, Hungría, Irlanda y Países Bajos).
La conclusión es que tanto la jornada de los 4 días como las fórmulas flexibles de ordenación del tiempo de trabajo (teletrabajo, compra de vacaciones y horarios flexibles) funcionan bien en el entorno adecuado. Un entorno que debe partir, en primer lugar, de un “compromiso real por parte de la empresa o la entidad que apuesta por ello”, según ha explicado la investigadora principal del proyecto InnovaWorking, Ana Belén Muñoz Ruiz, del Instituto Universitario de Derecho y Economía (IUDEC) de la UC3M.
Estos cambios en la organización del tiempo de trabajo pueden, según el estudio, aumentar la productividad y mejorar el equilibrio entre la vida laboral y personal de los trabajadores, así como retener talento. “La jornada de 4 días atrae a muchos trabajadores cualificados. Las primeras empresas en implementarlas tendrán plantillas más implicadas y menos dispuestas a marcharse a la competencia”, asegura otro de los investigadores que forma parte del proyecto InnovaWorking, Pablo Gimeno Díaz de Atauri, del Departamento de Derecho del Trabajo y de la Seguridad Social de la Universidad Complutense de Madrid.
Aunque “no todos los sectores permiten la misma solución”, los investigadores han encontrado que es posible aplicar estas medidas fuera del sector tecnológico, como puede ser el sector de la construcción, el metal o la restauración. Aunque la participación de los sindicatos también es clave, ya que “no todos los países responden por igual a los horarios flexibles”. El estudio concluye que “en aquellos países donde la legislación nacional garantiza la negociación colectiva y el convenio colectivo tiene fuerza vinculante, como pueden ser Francia o España, las fórmulas son más innovadoras. En cambio, en Hungría e Irlanda, donde el diálogo social es más débil, tienen más rigideces legales y su tradición negociadora es menor, las iniciativas suelen provenir de las empresas”.

David Callejo
David Callejo Caballero. Editor y presentador de Hora 14 Madrid Sur, es redactor de Cadena SER Madrid...




