Miss Beige toma el Museo Cerralbo: "Es muy bonito ver que todos necesitamos un poco de fantasía y todos necesitamos pensar que todo es posible"

Madrid

Este sábado comenzamos el programa desde uno de los lugares más singulares y elegantes de la capital: el Museo Cerralbo, que en su centenario acoge una exposición tan insólita como reveladora. “Hay que saber estar” recorre diez años de creación de Miss Beige, el personaje performático ideado por Ana Esmith, que ha revolucionado el arte contemporáneo desde el silencio, el humor y el beige.

Armada solo con una maleta, un vestido beige y un martillo en el bolso, Miss Beige ha conquistado tanto el espacio urbano como Instagram, donde desde hace años interpela las convenciones de género, la hipersexualización y la dictadura de la imagen. En el corazón de un museo decimonónico, esta figura contracanónica reconfigura nuestra forma de mirar y de habitar lo cotidiano.

Una heroína inesperada

Miss Beige nace como respuesta a la ausencia de modelos femeninos no sexualizados ni estereotipados en el imaginario colectivo. Frente a los filtros, las poses y las vidas impostadas de las redes sociales, su gesto minimalista —inmóvil, sin palabras— se convierte en herramienta crítica. Lo anodino se transforma en provocación, lo gris en resistencia.

La muestra del Museo Cerralbo —comisariada por el propio museo— recoge imágenes, acciones performáticas e intervenciones urbanas que muestran cómo, desde lo más común, Miss Beige genera un lenguaje artístico propio, cercano al arte feminista, la performance y la crítica visual.

Política del humor y arte en tiempos digitales

La exposición también invita a repensar el papel del arte en redes sociales. Para Ana Esmith, Instagram no es un escaparate, sino un nuevo espacio público performativo. En este contexto, Miss Beige se presenta como el anti-selfie, una figura que no busca likes sino preguntas.

A lo largo de la entrevista, la artista reflexiona sobre el uso político del humor, la mirada como herramienta de poder, y la belleza como espacio de disputa. En tiempos donde todo parece gritar, Miss Beige nos recuerda que a veces basta con estar.

El beige como arma

Lejos de ser neutral, el beige se convierte aquí en color de combate: contra la prisa, el exceso de estímulos, la presión por ser extraordinarios. Miss Beige pasea por ferias de arte, colas de supermercados o lavaderos automáticos, convirtiendo cada espacio anodino en una escena de arte crítico.

Desde su creación en 2016, el personaje ha participado en festivales, ferias y exposiciones nacionales e internacionales, siempre desafiando el canon desde los márgenes. Hoy, su entrada en un museo como el Cerralbo supone un giro lleno de significado: el silencio también puede ocupar el centro.