Las Reservas de la Biosfera, laboratorios vivos para un futuro sostenible

Colmenar Viejo

Desde su creación en 1971 por la UNESCO, el Programa "El Hombre y la Biosfera" (MaB) busca integrar la conservación de la naturaleza con el desarrollo sostenible de las comunidades locales. Las reservas de la biosfera no son simples espacios protegidos: son territorios donde se ensayan modelos de vida compatibles con el respeto al entorno, promoviendo la sostenibilidad ambiental, social y económica.

A diferencia de otros espacios naturales, su impulso nace desde las comunidades locales, que voluntariamente asumen el compromiso de preservar sus recursos, mejorar sus condiciones de vida y compartir el conocimiento adquirido. Para ello, se organizan en zonas núcleo, de amortiguamiento y de transición, gestionadas por órganos representativos y con participación ciudadana activa.

Actualmente existen 759 reservas en todo el mundo —55 en España, el país con más reservas—, y se agrupan en redes internacionales y nacionales que permiten el intercambio de experiencias. Aunque su número ha crecido, el verdadero valor está en su funcionamiento: en la cooperación entre sectores, la innovación local y la creación de alternativas reales al modelo urbano dominante.

En un mundo con más de 8.000 millones de personas, donde la mayoría vive en ciudades, el mayor reto es que las sociedades urbanas comprendan su dependencia de la naturaleza. Las reservas de la biosfera, son laboratorios vivos que pueden ayudar a afrontar ese desafío global.

Hablamos de ello en nuestro espacio de Naturaleza de esta semana, con Cristina Herrero Molino, experta en reservas de la biosfera, en representación de la Asociación Entorno Collado Mediano.