El Hospital de Leganés aplica la técnica de neuromodulación para aliviar el dolor crónico
Administra impulsos eléctricos en zonas específicas del sistema nervioso mediante un dispositivo implantado bajo la piel. Está indicado para el dolor producido por una lesión del tejido nervioso

Hospital Severo Ochoa de Leganés / HOSPITAL - Archivo (EUROPA PRESS)

Leganés
El Hospital Universitario Severo Ochoa, en Leganés, aplica la técnica de neuromodulación como opción terapéutica para el tratamiento del dolor crónico neuropático en pacientes que no han respondido a otros abordajes médicos o farmacológicos.
Una técnica que consiste en administrar impulsos eléctricos en zonas específicas del sistema nervioso mediante un dispositivo implantado bajo la piel similar a un marcapasos. Estos estímulos eléctricos son capaces de modificar la percepción del dolor, bloqueando su transmisión de forma reversible y personalizada a cada paciente, según apunta el Gobierno regional en un comunicado.
Está especialmente indicada para tratar el dolor neuropático, aquel que se produce por una lesión del tejido nervioso, que suele aparecer tras cirugías de columna, amputaciones o enfermedades arteriales. Su uso se ha consolidado también en otras patologías neurológicas, como el Parkinson o la epilepsia.
"Se trata de un procedimiento técnicamente complejo y con un coste elevado, pero de gran valor para pacientes cuidadosamente seleccionados que no han logrado controlar el dolor con otras terapias", según explica el jefe de Servicio de Anestesiología, Antonio García Rueda.
En este sentido, entre sus ventajas destacan el alivio eficaz del dolor, la posibilidad de reducir el uso de fármacos y sus efectos secundarios, así como la mejora de la calidad de vida y la recuperación de la autonomía para realizar actividades cotidianas.
Uno de los pacientes tratado de esta patología en la Unidad del Dolor, John Fredy Velasquez, ha relatado su experiencia al recibir esta técnica tras pasar por una situación "bastante difícil", con "mucho dolor en la pierna" que le afectaba tanto a la rodilla como al tobillo "y también para dormir y caminar".
"Comencé con una hernia discal y luego me provocó una discopatía. Me tuvieron que operar de nuevo para ponerme placas y tornillos. Continué con mucho dolor. Pasé por tres operaciones hasta que por fin me pusieron el dispositivo", ha explicado.
Ahora, tras este tratamiento, ha recalcado, su calidad de vida es mucho mejor. "Con el mando a distancia que tengo, controlo tanto la carga de la batería y la cantidad de estimulación que me envía el dispositivo. Tengo un cinturón para que cargue la batería totalmente. Ha sido un cambio radical. Lo más fundamental es mi mejoría a la hora de dormir y ya camino un poco más normal, sin cojera", ha destacado.
Procedimiento en dos fases
El procedimiento lo lleva a cabo el equipo de anestesiólogos especialistas en dolor del Hospital Severo Ochoa. Se realiza en el quirófano de forma ambulatoria, en la mayoría de los casos bajo anestesia local y sedación suave, lo que permite que el paciente reciba el alta médica y pueda regresar a su domicilio pocas horas después.
La técnica se aplica habitualmente en dos tiempos. "En una primera intervención se coloca un electrodo y una batería provisional con el fin de comprobar la eficacia del tratamiento", ha explicado la anestesióloga especialista en el tratamiento del dolor, Gemma Márquez Garrido.
Si la respuesta del paciente es positiva, se programa una segunda intervención para implantar el dispositivo definitivo, que quedará alojado de forma permanente bajo la piel.




