El alcalaíno Rafa Guijosa relata su experiencia saliendo de Irán durante los ataques de Israel

Ya está en casa. Tras sufrir de primera mano los ataques de Israel a Irán, el seleccionador de balonmano del país persa, Rafa Guijosa (Alcalá de Henares, 1969), finalmente ha podido relatar cómo fue el volver a casa después de estar varios días en un hotel de Teherán, capital iraní, bajo los bombardeos.

La noticia de los bombardeos se la dan mientras estaba concentrado con la selección, a unas ocho horas de Teherán. Al llegar a la capital de Irán, la federación iraní confirmó que lo más urgente en el caso de Guijosa era que pudiera abandonar el país lo antes posible.

Mientras permaneció en el hotel que el Comité Olímpico consiguió para él, el seleccionador convivió con los bombardeos y los estruendos hasta que la embajada española, con la que estuvo en contacto desde el primer momento, anunció que tenía ya preparado el plan de evacuación.

Más de treinta horas fueron las que la delegación empleó en salir de Irán en dirección a Armenia, primero hacia la frontera y luego hasta llegar a Ereván, capital del país. Allí fue donde, finalmente, tomaron el avión que los dejó en suelo español, en Torrejón de Ardoz.

No temió pese a los bombardeos

El principal miedo que tuvo Rafa Guijosa durante aquellos días fue quedarse incomunicado, y no poder mandar mensajes a la embajada, a la Federación y a su familia. Afirma que nunca se sintió en peligro, y que la federación iraní "le trató muy bien".

Alude al estado de shock para confirmar que no fue consciente de todo lo que sucedía en las calles de Teherán, aunque escuchara las bombas retumbar. Apunta además Guijosa que el momento que más nervioso le dejó fue cuando recibió la llamada de la embajada para salir dirección Armenia, pese a que el viaje —pese a las treinta horas— fue tranquilo y sin complicaciones.

"Yo creo que sigo en shock"

Pese a que lleva días en España, el seleccionador afirma que sigue en shock, y sin ser realmente consciente de todo lo que sucedió durante aquellos días. Al bajar del avión sintió alivio, según comentaba, a la vez que mucho cansancio, generado por el largo viaje desde la capital de Irán. "Al final, cuando te quieres dar cuenta, ya estás en casa", ha añadido.

Al respecto de su situación actual, afirma que quiere seguir en marcha con el proyecto que ha iniciado en la federación de balonmano iraní, en la que no es solo seleccionador, sino que también lleva la dirección técnica. Apunta que, además de comprobar la información política internacional todos los días, se mantiene en contacto con la federación para poder estar de vuelta al frente del combinado nacional lo antes posible.

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