Sabores de Madrid: origen y presente de las deliciosas palmeritas de Morata de Tajuña
En la pastelería De la Torre de Morata de Tajuña nacieron en los años 70 las famosas palmeritas que llevan el nombre de esta localidad. Con la historia de Luis de la Torre, un agricultor emprendedor que cambio de oficio e inventó este dulce, su fama las precede

Sabores de Madrid: origen y presente de las deliciosas palmeritas de Morata de Tajuña.
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Morata de Tajuña
En los años 60 no existían en Morata de Tajuña el dulce que les ha catapultado a la fama y que ha ligado su nombre a este producto. Las originales palmeritas que llevan el nombre del pueblo fueron creadas por Luis de la Torre, un agricultor “de toda la vida”, que aceptó la petición de un amigo para ayudarle en la distribución de unas magdalenas, según cuenta su hija y actual propietaria de la pastelería De la Torre, Loli De la Torre.
Fue entonces cuando empezó a familiarizarse con ese sector, aprendió cosas de la profesión y se fascinó con los obradores que conocía en su reparto. Y eso desembocó en la apertura de una pequeña pastelería para que la regentara su mujer, allá por la década de los 60. Pero, poco a poco la afición a la repostería fue desplazando a su hasta entonces profesión de agricultor, hasta que decidió dedicarse de lleno a la pastelería, llegando a diseñar y fabricar su propio horno.
Así en lo 70, y tras varias pruebas, nacieron las palmeritas de Morata de Tajuña. “Mi padre hacía las palmeras de toda la vida, las crujientes y más grandes, pero poco a poco empezó a experimentar, le encantaba experimentar dulces en el obrador, y así nacieron”. Cuenta que “la gente del pueblo si tenía un cumpleaños llevaban unas palmeritas y cuando las probaban, siempre preguntaban de donde eran y así se fue corriendo la voz y comenzamos a ser más conocidos”.
Las originales eran sólo de chocolate, después con el tiempo llegaron las glaseadas y por petición de un vecino empezaron a hacer las palmeritas recubiertas de chocolate blanco. “Nos lo pidió porque a él le encantaba el chocolate blanco y al final a la gente le gustaron mucho”, afirma. Ahora hacen siete tipos diferentes de cobertura y sabores para sus famosas palmeritas.
Negocio familiar
Este negocio ha tenido continuidad familiar, porque Loli y su marido, siguen regentando el negocio y con la buena noticia de tener relevo generacional, porque sus hija e hijo continúan la tradición. Han cambiado las formas más antiguas de hacer la masa, su padre siempre la hacía con el tradicional rulo de cocina, por las nuevas tecnologías en amasadora o batidoras más grandes y su hijo es ahora el encargado del obrador y de idear nuevas propuestas, heredando el espíritu innovador de su abuelo.
Ahora las palmeritas adquieren nueva dimensión, customizadas para cada ocasión. “Se han hecho palmeritas con forma de bota, de plaza de toros…”, son muchos de ellos encargos para cumpleaños de niños o para diferentes eventos. En todo caso, la pastelería de Loli sigue recibiendo múltiples pedidos no sólo de Madrid, sino de toda España. Sus palmeritas viajan incluso al extranjero de la mano de gente que se marcha y quiere llevar un dulce recuerdo. La última creación, las palmeritas con chocolate Dubai, una propuesta que ya triunfa.

Pilar García
Pilar García González es Licenciada en Ciencias de la Información (Periodismo) y redactora de informativos...




