Dani Rovira: "A día de hoy, lo realmente punky, transgresor y contracultural es la ternura"

Madrid

Este fin de semana inauguramos temporada con Dani Rovira desde el Teatro La Latina, donde presenta Vale la pena: un monólogo hilarante y honesto que convierte el escenario en un lugar para dignificar emociones como la tristeza o el duelo. Con su reconocible dominio del ritmo, la pausa justa y la complicidad con el público, Rovira nos invita a reírnos también de las cicatrices.

“Lo bueno de la comedia —resume— es que está aunque tú no la veas”.

El humor que abraza

"Vale la pena" no es autoayuda, pero ayuda: acompaña, alivia y abraza. Entre anécdotas personales y reflexiones en voz alta, Rovira normaliza el malestar sin imposturas y reivindica la ternura como gesto radical en tiempos de ironía permanente. En sus palabras: "La tristeza es un aviso de la pérdida" y ahí está la clave: aprender a escuchar nuestras emociones sin miedo.

Un "escape room" emocional

Una de las metáforas que vertebran el show es su “escape room emocional”: abrir puertas internas, iluminar pasillos oscuros y aceptar que no todas las salidas se encuentran a la primera. Risa y silencio conviven para poner nombre a lo que nos pasa.“Hay que hacer un gran ejercicio de empatía —señala— para afrontar los malos momentos de los demás”.

De los perrunos al caos mental (pasando por el sexo)

Habla con naturalidad del dolor, de sus perrunos, del sexo o del caos mental. El tono es cálido y cercano; el objetivo, sencillo y poderoso: quitar solemnidad al sufrimiento y devolverle humanidad.“Por fin estoy en mi hábitat —bromea—. ¿En qué piensa uno cuando se encienden los focos?”.

La intimidad compartida

Probablemente su espectáculo más íntimo hasta la fecha, nacido desde la entrega más sincera. El cómico reconoce que “habla de muchísimas cosas sin hablar de ella”, aludiendo de forma indirecta a su propio tratamiento contra el cáncer. A la vez, se permite la ligereza de la cultura popular: “Yo creo que este show es como Los Simpson: apto para todos los públicos y gustos”.

Una propuesta íntima en La Latina

Madrid —y La Latina— funcionan aquí como caja de resonancia: público diverso, escucha atenta y un cómico que se permite parar, sentir… y seguir adelante.

Una conversación sobre reír bien y a tiempo. Oficio, vulnerabilidad y esa idea que atraviesa el espectáculo: a veces, la valentía pasa por ser suaves.