La Sierra Norte de Madrid se convierte en un museo al aire libre con diversos murales en seis rutas culturales

Rascafría

La Sierra Norte de Madrid se ha convertido en un auténtico museo al aire libre gracias al proyecto “Paredes que Hablan”, impulsado por el Centro de Innovación Turística Villa San Roque y financiado con fondos europeos Next Generation. La iniciativa reúne 42 murales repartidos en distintos municipios, fruto del trabajo de más de treinta artistas que han sabido integrar el arte urbano con la identidad rural, la historia y la riqueza natural de la zona.

Para facilitar su recorrido, las obras se han organizado en seis rutas temáticas que atraviesan valles, pueblos y sierras. En el Valle Alto del Lozoya, los murales rinden homenaje a la fauna y flora autóctonas, como la cabra montés o el tejo, además de reflejar tradiciones locales y escenas de la vida cotidiana. Más al sur, en el Valle Medio del Lozoya, las paredes cuentan episodios históricos como la batalla de Somosierra y retratan la figura de la mujer y las raíces rurales. En el Valle Bajo y Puebla de la Sierra, los motivos giran en torno a la mitología del agua, la infancia, las labores tradicionales y la memoria colectiva.

El recorrido continúa por el Valle del Jarama, donde aparecen representados antiguos oficios como la cantería, fiestas populares y productos típicos de la tierra. En la Sierra del Rincón, los murales evocan el patrimonio humano y cultural, destacando la relación entre generaciones, la naturaleza cercana y las tradiciones folclóricas. Finalmente, en la Sierra de la Cabrera, las obras se inspiran en festividades como “La Vaquilla”, especies singulares como la mariposa Graellsia isabellae, y la simbología ligada a la vida pastoril y los paisajes de almendros y montañas.

Con esta propuesta, la Sierra Norte ofrece al visitante una nueva forma de descubrir sus pueblos: uniendo arte, paisaje e historia en un itinerario cultural que pone en valor el mundo rural y sus costumbres, al tiempo que dinamiza el turismo en la región.