El cambio climático transforma la vegetación española con desplazamientos, mortalidad y nuevas adaptaciones
Los impactos más visibles se observaron entre los años 80 y la primera década del 2000, con decaimiento forestal y procesos en encinares y dehesas
Nuestra Naturaleza: El cambio climático transforma la vegetación española con desplazamientos, mortalidad y nuevas adaptaciones
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Colmenar Viejo
España, y en particular su región mediterránea, está experimentando de forma evidente los efectos del actual ciclo de calentamiento global. Aunque el clima cambia de manera natural a lo largo de la historia, la emisión de gases de efecto invernadero podría estar contribuyendo a intensificar un proceso cuyos impactos en la vegetación ya resultan visibles.
Entre las principales consecuencias se encuentran el desplazamiento de los límites de distribución de especies, la aparición de nuevos nichos ecológicos y la desaparición de otros, procesos de mortalidad biótica y abiótica, adaptaciones rápidas en determinadas especies y cambios en la composición de la flora. La Fitoclimatología estudia estas transformaciones, que adquieren relevancia cuando alteran paisajes y ecosistemas de manera profunda.
La transición climática de finales del siglo XX y comienzos del XXI estuvo marcada por una fuerte variabilidad meteorológica: sequías, aridez, temperaturas extremas y cambios en el régimen de lluvias. Estos fenómenos debilitaron las masas forestales y favorecieron la propagación de factores bióticos, como hongos de raíz, que provocaron la llamada “Seca” en encinas y alcornoques, destruyendo amplias zonas de dehesa en el suroeste peninsular.
Los árboles más afectados fueron los que ya se encontraban en condiciones desfavorables, como los situados en laderas con suelos pobres o en vaguadas húmedas donde los hongos se diseminan con facilidad. Otros agentes, como insectos perforadores, defoliadores, muérdago y plantas parásitas, también han contribuido al deterioro de pinares, enebrales, olivares o sabinares.
Pese a todo, en los últimos quince años se han observado señales de recuperación: nuevas generaciones de árboles, masas forestales más resistentes y una mejor adaptación a las condiciones actuales. El incremento del CO₂ atmosférico, sumado a temperaturas algo más suaves y un régimen de lluvias convectivas, parecen estar favoreciendo este proceso.
El futuro, sin embargo, sigue siendo incierto. El clima es impredecible y el calentamiento podría continuar. Los especialistas recuerdan que las plantas han sobrevivido a cambios geológicos abruptos gracias a su capacidad de adaptación, pero advierten de que los próximos milenios estarán marcados por la escasez progresiva de CO₂, un recurso esencial para la vida vegetal.

Nacho López Llandres
Desde 2005 presento el tramo local de Hoy por Hoy en la zona norte de Madrid, además de contar noticias...




