Selecciona tu emisora

Ir a la emisora
PerfilDesconecta
Buscar noticias o podcast

El silencio como refugio, ¿protección o trampa en nuestras relaciones?

Callar evita discusiones inmediatas, pero a largo plazo puede aumentar el estrés emocional y dañar los vínculos si no sabemos cuándo hablar y cuándo guardar silencio

Espacio de Comunicación: El silencio como refugio, ¿protección o trampa en nuestras relaciones?

Espacio de Comunicación: El silencio como refugio, ¿protección o trampa en nuestras relaciones?

00:00:0012:09
Descargar

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

Alcobendas

Hoy en nuestra sección de Comunicación con Sarah Baglietto, vamos a detenernos en un tema que, aunque todos conocemos, no siempre analizamos en profundidad: el silencio como estrategia en nuestras relaciones.

Muchas veces, frente a un desacuerdo, optamos por callar. Guardamos nuestras emociones, nuestras molestias o nuestras opiniones con la intención de evitar un conflicto inmediato. Es un gesto que parece práctico: no discutir, no herir, no generar tensión en ese momento. Sin embargo, ese silencio tiene un coste. Lo que no expresamos, no desaparece; queda dentro de nosotros y, con el tiempo, puede acumularse en forma de malestar emocional, estrés, ansiedad e incluso llegar a tener consecuencias físicas como dolores musculares, problemas digestivos o dificultades para dormir.

Y, pese a todo, seguimos utilizando esta técnica. ¿Por qué? Porque pensamos que callar protege la relación, que evita una discusión que podría dañar el vínculo con la otra persona. Nos decimos: “mejor no digo nada, así seguimos en paz”. Pero la realidad es que esa paz es aparente, porque tarde o temprano lo que no decimos se filtra en gestos, en distancias o en un resentimiento que termina afectando más que una conversación sincera.

Entonces, la pregunta es clara: ¿cuándo conviene hablar y cuándo callar?

La respuesta no es única, porque depende de la situación y de cómo gestionemos nuestras palabras. Hay momentos en los que es mejor guardar silencio, no por miedo, sino porque quizá la otra persona no está receptiva, porque la emoción está demasiado intensa o porque necesitamos tiempo para ordenar lo que sentimos antes de expresarlo. En esos casos, callar puede ser una forma de proteger la calidad del diálogo, posponiéndolo hasta que haya un mejor clima para hablar.

Pero también hay momentos en los que hablar se vuelve necesario, aunque no sea fácil. Comunicar lo que sentimos, lo que necesitamos o lo que nos duele es fundamental para mantener relaciones sanas y auténticas. Eso sí, no se trata de decirlo de cualquier manera, sino de aprender a expresarnos con respeto, con empatía y desde un lugar de honestidad. No es lo mismo soltar un reproche que compartir cómo nos afecta algo y qué esperamos para sentirnos mejor.

El equilibrio, entonces, está en discernir: ¿mi silencio me está dando espacio para respirar y pensar, o me está consumiendo por dentro? ¿Estoy evitando un conflicto para cuidar la relación, o estoy acumulando un peso que tarde o temprano explotará?

La comunicación, al final, no es hablar mucho ni callar siempre. Es encontrar el momento y la forma adecuada para que lo que tenemos dentro pueda salir sin destruir, sino construyendo. Porque cuando elegimos bien entre hablar y callar, lo que realmente estamos eligiendo es cuidar de nosotros mismos y de quienes nos rodean.

Nacho López Llandres

Nacho López Llandres

Desde 2005 presento el tramo local de Hoy por Hoy en la zona norte de Madrid, además de contar noticias...

 

Directo

  • Cadena SER

  •  
Últimos programas

Estas escuchando

Hora 14
Crónica 24/7

1x24: Ser o no Ser

23/08/2024 - 01:38:13

Ir al podcast

Noticias en 3′

  •  
Noticias en 3′
Últimos programas

Otros episodios

Cualquier tiempo pasado fue anterior

Tu audio se ha acabado.
Te redirigiremos al directo.

5 "

Compartir