Ecologistas advierten que el monte bajo no es solo combustible de incendios, sino que es clave para la biodiversidad

Gascones

La Comunidad de Madrid ha arrancado en un monte de utilidad pública de Gascones, en la zona norte de la región, su proyecto ‘Madrid Forestal’ que pretende ampliar los aprovechamientos de madera como forma de prevención de los incendios forestales. El objetivo que se ha marcado el ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso es multiplicar por 20 la madera que se saca de los montes públicos y fincas particulares, y reducir, de esta forma, defiende, los riesgos de incendios, plagas o enfermedades. Para ello, el ejecutivo regional modificará la actual Ley Forestal y de Protección de la Naturaleza, para incidir en una gestión activa del monte o en la compatibilidad de la ganadería extensiva. Además, se anuncia que los propietarios privados, que tienen el 66% del total de los montes madrileños, podrán recibir subvenciones para poner en marcha planes de ordenación de sus fincas.

Desde la Plataforma Ecologista Madrileña, María Ángeles Nieto, ha recordado que esos planes de aprovechamiento, no solo de maderas sino también de setas o frutos del bosque, llevan funcionando desde el siglo XIX. La clave, ha explicado en SER Madrid Norte, es que no solo tengan en cuenta la producción económica, sino también la biodiversidad. Nieto ha insistido en que el monte bajo o matorral no es solo un potencial combustible para los incendios, sino que es necesario para el desarrollo de la vida animal en los bosques madrileños.

Cree Nieto que los anuncios de la Comunidad de Madrid no tienen nada de novedoso, y que podrían suponer una destrucción importante de la biodiversidad, sin cumplir el objetivo de evitar los incendios forestales. Recuerda que la principal causa de incendios en la región son las negligencias o los intencionados, y esos, lamenta, no los frena un monte limpio.

A este posicionamiento se ha sumado también Ecologistas en Acción de la Comunidad de Madrid, que ha alertado de los riesgos de impulsar un modelo de gestión forestal para la prevención de incendios basado en la explotación económica intensiva de los bosques. Ha señalado además los riesgos que suponen para la naturaleza el avance de la frontera urbana, la falta de planes de autoprotección o la aparición de vertederos incontrolados.