Mariola Vargas da marcha atrás: no habrá ajustes en el Gobierno municipal de Villalba pese a haberlos anunciado en septiembre

Collado Villalba

No habrá remodelación en el equipo de Gobierno de Collado Villalba, pese a que la alcaldesa, Mariola Vargas, había dejado entrever públicamente lo contrario. En una entrevista concedida a Onda Cero Madrid Sierra el pasado mes de septiembre, la regidora reconocía que “a lo mejor era el momento de hacer ajustes”, una “remodelación menor” que, según explicó entonces, serviría para “dar más oportunidades de aprendizaje a muchos concejales en áreas más complejas”. Incluso llegó a fijar una fecha: la reunión del grupo municipal del Partido Popular, prevista para comienzos de octubre.

Esa cita ya se ha producido, pero el resultado ha sido muy distinto al esperado. Vargas confirmó ayer que “no habrá cambios” en su Ejecutivo y que el equipo “seguirá siendo el mismo”, desdiciéndose así de sus propias palabras. En tono distendido, incluso se permitió un chiste: “Vamos a seguir siendo los mismos… bueno, uno más, porque voy a tener otro nieto”, comentó entre risas.

Lo que en un principio se presentaba como una reunión clave para una posible redistribución de delegaciones se ha acabado pintando como unas jornadas de trabajo centradas en los retos de futuro y la modernización tecnológica del municipio, celebradas en el Hotel Hita de Navacerrada.

La posibilidad de una reestructuración interna parecía apuntar especialmente al concejal de Contratación, Miguel Aisa, protagonista de diversas polémicas a lo largo del último año. Entre ellas, el fiasco de los festejos taurinos durante las fiestas de Santiago Apóstol, los comentarios racistas hacia una concejala del PSOE, las dificultades para sacar adelante los presupuestos, y la reprimenda de la Inspección de Trabajo por el estado del Colegio Rosa Chacel.

A ello se suma su intención de otorgar compensaciones económicas únicamente a la Policía Local, la paralización de las obras del pabellón Quique Blas, también objeto de un requerimiento por parte de la Inspección de Trabajo, y la subida del 100% en la tasa de basuras, recurrida judicialmente y admitida a trámite.

Pese a este cúmulo de frentes abiertos, Mariola Vargas ha optado finalmente por mantener intacto su Gobierno, priorizando la estabilidad del grupo frente a los ajustes que ella misma había considerado “necesarios” hace apenas unas semanas.