Cuando discutir se vuelve una competencia por el deseo de tener la razón
A menudo debatimos no para comprender al otro, sino para ganar. ¿Por qué nos pasa y cómo podemos cambiarlo para mejorar nuestras relaciones?

Espacio de Comunicación: Cuando discutir se vuelve una competencia por el deseo de tener la razón
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Alcobendas
En nuestras conversaciones cotidianas, muchas veces caemos en una trampa silenciosa: hablamos no para conectar o comprender al otro, sino para ganar. Queremos tener la razón. Defender nuestro punto se vuelve más importante que escuchar el del otro. ¿Te suena?
Este impulso no es casual. Está profundamente arraigado en cómo funciona nuestro ego, nuestra identidad y, a veces, hasta nuestro instinto de supervivencia social. Cuando alguien cuestiona nuestra opinión, lo sentimos como una amenaza. Y sin darnos cuenta, pasamos del diálogo al debate… y del entendimiento al conflicto.
Pero, ¿por qué nos pasa esto? ¿Es algo universal? Todo indica que sí. Las investigaciones en psicología y neurociencia muestran que nuestro cerebro premia la validación con una sensación de recompensa. Es decir, sentir que “ganamos” una discusión activa los mismos circuitos que se encienden con una victoria real.
El problema es que, cuando priorizamos tener la razón, dejamos de construir puentes. En lugar de acercarnos al otro, lo alejamos. Y eso erosiona nuestras relaciones personales, laborales y hasta las más íntimas.
En nuestro espacio de Comunicación de esta semana con Sarah Baglietto, exploramos cómo salir de ese automatismo. ¿Cómo pasamos de imponer a proponer? ¿Qué herramientas comunicacionales nos ayudan a escuchar más y reaccionar menos? ¿Cómo transformamos las conversaciones difíciles en oportunidades de conexión?
Porque entender no es ceder. Y comunicarnos bien no significa rendirse, sino crecer.

Nacho López Llandres
Desde 2005 presento el tramo local de Hoy por Hoy en la zona norte de Madrid, además de contar noticias...




