La columna de Espido Freire. “Madrid, en cromos”: el arte de Luis Pérez Calvo convierte la memoria en un álbum de ciudad
La exposición, comisariada por Carlos Delgado Mayordomo, es una invitación a mirar el arte como quien hojea un álbum familiar: reconociendo rostros, lugares y gestos que, de alguna manera, también nos pertenecen
La columna de Espido Freire. “Madrid, en cromos”: el arte de Luis Pérez Calvo convierte la memoria en un álbum de ciudad
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Madrid
Luis Pérez Calvo vuelve a CentroCentro con una exposición que lo mezcla todo: lo popular y lo culto, lo castizo y lo internacional, la infancia y la historia del arte. En Cromos de artista, que puede visitarse hasta abril de 2026, el dibujante madrileño reúne más de quinientas piezas en pequeño formato —collages, dibujos, cartones— que convierten una década de exposiciones vistas en Madrid en un álbum de recuerdos.
El arte como memoria compartida
Sobre un gran mural en blanco y negro que dibuja un Madrid imposible —a medio camino entre lo galdosiano y lo apocalíptico—, Pérez Calvo dispone esas pequeñas obras como fragmentos de memoria: un diario visual que celebra el arte desde el entusiasmo y el juego, desde la complicidad y el asombro. Lo suyo no es nostalgia, sino rescate: recordar que el arte también se colecciona con afecto, que cada mirada deja su huella y que todos guardamos nuestros propios cromos de artista.
Entre Lavapiés y el Museo del Prado
Nacido en 1962, Luis Pérez Calvo creció entre Lavapiés y Embajadores, rodeado de tebeos, álbumes de cromos y discos de vinilo. De ese universo doméstico y popular surge una mirada curiosa, minuciosa y libre, que combina la cultura de masas con los grandes capítulos del arte clásico. En sus composiciones, los envoltorios de chicles Bazooka se cruzan con las pinturas negras de Goya; los Beach Boys conviven con los platos de raciones, y los Looney Tunes se cuelan entre las calles de Carabanchel.
Un coleccionista del asombro
Durante la última década, Pérez Calvo ha convertido su recorrido por las exposiciones madrileñas en un ejercicio de creación continua. A partir de asociaciones libres, anécdotas o ecos del entorno, construye un mapa afectivo del arte reciente. Llama a esas piezas cromos de artista, evocando la emoción del coleccionismo infantil: buscar, intercambiar, completar. Frente al exceso digital, el artista defiende el valor de lo tangible, de lo que se toca y se espera.
Un Madrid entre lo real y lo imaginado
En Cromos de artista, Pérez Calvo propone un recorrido sentimental por la escena cultural madrileña: un collage de museos, galerías, carteles, neones y autopistas elevadas que dibuja una ciudad viva, contradictoria y cambiante. Cada pieza es una microhistoria del arte contemporáneo contada desde abajo, desde la mirada del cronista que observa y celebra sin clasificar.
La exposición, comisariada por Carlos Delgado Mayordomo, es una invitación a mirar el arte como quien hojea un álbum familiar: reconociendo rostros, lugares y gestos que, de alguna manera, también nos pertenecen.
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