Olmos justifica su apoyo a la moción por una «traición» personal y revela que le ofrecieron «la concejalía que quisiera»

El Boalo-Cerceda-Mataelpino

José Olmos, el concejal no adscrito cuyo voto es decisivo para la moción de censura en El Boalo, Cerceda y Mataelpino, ha confesado en un vídeo en redes sociales que su apoyo a la moción de censura contra el alcalde popular Sergio Sánchez Yunquera responde a motivos personales, al tiempo que ha revelado que los partidos promotores de la iniciativa -PSOE y BCM en Común- le ofrecieron entrar en el futuro gobierno con «la concejalía que yo quisiera».

El edil, que fue elegido por su pertenencia a las listas de Vox, realizó unas declaraciones que desvelan el sustrato personal de una crisis política que tiene su origen en deslealtades dentro de su anterior formación. «Tránsfuga se me está diciendo, ahora, después de la moción, para desprestigiarme. Yo soy concejal no adscrito porque en su día mi compañero me traicionó y no me apoyó», afirmó Olmos, reconociendo así abiertamente que su voto responde a agravios personales y no estrictamente políticos.

La revelación más significativa, sin embargo, fue la confirmación de las concesiones que recibió por parte de las fuerzas de izquierdas para asegurar su apoyo. El exedil desveló que PSOE y BCM en Común le extendieron un auténtico «cheque en blanco» para incorporarse al equipo de gobierno que dirigirá la socialista Soledad Ávila. «También se me invitó a participar en el equipo de Gobierno con la concejalía que yo quisiera y que pudiera compaginarla con mi trabajo», confesó el edil.

Esta oferta, que le habría permitido elegir cualquier área municipal según sus preferencias, fue finalmente rechazada por Olmos, quien sin embargo mantendrá su apoyo a la candidata socialista desde su posición de concejal no adscrito. La confesión confirma la naturaleza personal y transactional de unas negociaciones que han desembocado en la moción de censura.

El concejal no adscrito detalló que el origen del conflicto se remonta a la aprobación de los presupuestos de 2024, que consideraba perjudiciales para sus concejalías. Afirmó que, por «disciplina de partido», tuvo que votar a favor en contra de su voluntad, tras lo cual recibió presiones para que «dejara de ser concejal». «Si me hubiera apoyado mi compañero en su día o el grupo de Vox, seguramente que no estaría yo como concejal no adscrito», sentenció.

Sobre el intento de reconciliación del alcalde popular una vez la moción era ya pública, Olmos fue contundente: «Viene tarde, mal. El trato ha sido pésimo que me ha dado, y no tiene credibilidad para mí», evidenciando una vez más que su apoyo a la moción se basa más en resentimientos personales que en diferencias ideológicas con el Gobierno saliente.

Las revelaciones de Olmos producen un terremoto político en el municipio a apenas unas horas del pleno extraordinario que debe decidir el futuro del gobierno local, que se celebrará el miércoles a las 12:00 del mediodía, y plantean serias cuestiones sobre la estabilidad del futuro ejecutivo y la naturaleza de los acuerdos que lo sustentan.