Chile en pocas páginas: La contadora de películas, de Hernán Rivera Letelier

Alcobendas

En nuestro recorrido literario por el planeta, hoy aterrizamos en el norte absoluto de Chile, allí donde el desierto de Atacama parece otro mundo: polvo que lo envuelve todo, un viento implacable y noches tan extraordinarias que parecen inventadas. Desde ese paisaje extremo emerge ‘La contadora de películas’, la novela breve, luminosa y profundamente chilena de Hernán Rivera Letelier, un escritor que conoce de primera mano la vida en las salitreras. Su historia, sencilla y emocionante, nos presenta a una niña que posee un don único: transformar cada película que ve en un relato capaz de hechizar a todo un campamento minero.

Publicado en 2010, este libro confirma a Rivera Letelier como una de las voces más singulares de la narrativa chilena. Su obra suele habitar en el desierto, entre humor, poesía y tragedia. ‘La contadora de películas’ retrata con precisión la vida en los campamentos mineros: pobreza, aislamiento y un acceso limitado a la cultura que hace del cine un escape imprescindible. Traducida a distintas lenguas, sigue siendo una novela de culto, querida en Chile y celebrada por quienes buscan historias breves, intensas y llenas de humanidad.

El argumento de la novela

La narradora es María Margarita, una niña pobre que vive con su familia en un campamento. Su padre, obrero del salitre, ahorra para llevar a alguno de sus hijos al cine. Un día descubre que ella posee un talento deslumbrante: ve una película una sola vez y luego la cuenta en casa con tal emoción que todos prefieren escucharla a ir al mismísimo cine. Pronto, el campamento entero acude a oírla relatar los estrenos, mientras el séptimo arte se convierte en su refugio, su vocación y su posible destino. Pero la vida en el desierto no es indulgente: tragedias, abandono, accidentes mineros y desilusiones van marcando el camino. El resultado es una novela dulce y amarga, como las historias que se quedan.

Entre sus momentos memorables destacan el instante mágico en que el padre descubre el talento de María Margarita; las tardes en que todo el campamento se reúne para escucharla como si fuera una artista consagrada; y el inevitable giro trágico que la obliga a dejar atrás su hogar, recordándonos que contar historias no siempre salva, pero sí permite seguir adelante.

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Lectura hoy en día

Hoy, ‘La contadora de películas’ se lee con la misma frescura de siempre: breve, ágil, emocionante. Nos muestra un Chile poco retratado —el norte minero, rudo y hermoso— y habla del poder del arte en lugares donde la vida no da tregua. Sin solemnidad, con humor y con ternura, aborda pobreza, desigualdad y sueños rotos, pero también la capacidad humana de imaginar otros mundos.

Por todo ello, esta novela es una recomendación perfecta para viajar sin agotarse, para entender Chile desde dentro y para recordar que, a veces, las historias nos salvan aunque sea por un momento. Una pequeña joya: sincera, cultural, profundamente local… y muy, muy disfrutable.