La columna de Espido Freire: Juan Muñoz, el ilusionismo que rompe el tiempo en el Prado
Nacido en 1953 en Madrid, Juan Muñoz (m. 2001) visitó el Prado toda su vida, siendo una fuente constante de inspiración

La columna de Espido Freire: Juan Muñoz, el ilusionismo que rompe el tiempo en el Prado
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Madrid
La escritora Espido Freire dedica su columna de este domingo en A vivir Madrid a invitarnos a visitar Juan Muñoz. Historias de Arte, la gran exposición del Museo Nacional del Prado dedicada a uno de los artistas españoles más influyentes del arte contemporáneo. La muestra revela la profunda conexión que el escultor mantuvo con los grandes maestros del Prado, como Velázquez y Goya, y con las tradiciones del Renacimiento y el Barroco.
Nacido en 1953 en Madrid, Juan Muñoz (m. 2001) visitó el Prado toda su vida, siendo una fuente constante de inspiración.
Un escultor que robó conceptualmente a la pintura
Muñoz se consideraba un "escultor alimentado conceptualmente por la pintura" y confesó su intención de que su obra conservara los elementos ilusionistas de esta.
- Ilusionismo y Barroco: Inspirado especialmente en el Manierismo y el Barroco, adoptó la preocupación de los artistas del Renacimiento por situar al espectador en la obra. De los grandes artistas del Barroco, afirmó haber aprendido a "construir un lugar ficticio. Hacer el mundo más grande de lo que es".
- "Robar la historia": El artista estudió la historia del arte con pasión y de manera desjerarquizada, afirmando sin irreverencia: «Puedo tomar de los artistas anteriores lo que quiera y lo que necesite... No tengo ningún problema en reconocer que la Dama de Baza es tan importante para mi obra como un tubo de neón: de la historia del arte robo todo lo que puedo».
El espectador, actor y testigo en el escenario
La obra de Juan Muñoz está poblada de enigmáticas figuras a escala humana, dispuestas en escenarios íntimos. El espectador las encuentra congeladas en actos misteriosos, como si se hubieran quedado mudas a mitad de una frase.
- Instalaciones Inmersivas: La exposición propone un recorrido por obras emblemáticas, como The Prompter o Conversation Piece, donde las figuras generan una atmósfera de tensión psicológica y misterio. Las instalaciones y esculturas se integran directamente en las salas de la colección permanente (incluyendo la Sala 12 de Velázquez y la Sala 28 de Rubens).
- El juego del Balcón: Otro motivo recurrente son los balcones, que remiten tanto a los de Manet y Goya como a los de las calles madrileñas. Para Muñoz, el balcón era «una metáfora de mirar aquello que te mira», un escenario de observación recíproca.
- Ecos del Prado: Los ecos de Velázquez y Goya resuenan en toda su obra. Esto es evidente en los espejos que implican al espectador —como en Five Seated Figures, evocando Las meninas— hasta en las escenas de absurdo silencioso que recuerdan a los Caprichos o los Desastres.
Escucha el programa aquí: La columna completa de Espido Freire
Puedes escuchar la columna completa de Espido Freire sobre la exposición Juan Muñoz. Historias de Arte y su profundo diálogo con el Museo del Prado en el siguiente audio del programa A vivir Madrid.




