Los riesgos del mal uso de la tecnología en menores: "Los niños ya no usan la IA para hacer los deberes, sino como psicólogo"

Madrid

Este sábado en Madrid, varios expertos en educación, psicología, psiquiatría infantil e inteligencia artificial se han reunido con familias y educadores para abordar la relación de los niños y adolescentes con las pantallas. "Nos preocupa porque hay informes de la propia industria de las redes sociales que hablan de que se está dañando la imagen corporal de una de cada tres adolescentes", asegura Guillermo Cánovas, experto en infancia y tecnología y exdirector de 'Protégeles', galardonado por UNICEF.

La doctora Silvia Álava, doctora en Psicología Clínica y de la Salud, profesora universitaria y divulgadora, asegura que la exposición a las pantallas a edades muy tempranas provoca retrasos en el lenguaje, problemas a la hora de relacionarse con el otro y dificultades para entender las emociones. "También hay estudios que demuestran que cuanto antes sea el uso de estos dispositivos, más probable será que esa persona desarrolle problemas de tipo emocional, sobre todo ansiedad y estrés o trastornos de la conducta alimentaria".

Esto en los niños, aunque los riesgos que identifican los ponentes son variados también para adolescentes: está el uso abusivo de las pantallas y sus efectos en la pérdida de atención, pero también el contacto con personas desconocidas, tanto en redes sociales como en salas de chat de videojuegos, o el uso de herramientas de Inteligencia Artificial cuando no están preparados para ello.

"El problema es que el principal uso que hacen de ella es emocional, como si un psicólogo", explica Cánovas. Según explica, desde hace poco más de un año los adolescentes han pasado de hacer consultas relacionadas con temas escolares a preguntar a la inteligencia artificial temas relacionados con su salud mental, incluso con la salud física. "Y la IA está contraindicada para ello", especifica.

La IA refuerza los planteamientos de casi 1 de cada 3 jóvenes, aunque sean dañinos

"Primero, porque va a mostrar sensibilidad y no la tiene, pero va a conseguir generar confianza con esos niños y adolescentes", asegura. "Segundo, porque hay estudios que muestran que en casi una de las tres consultas que les plantean estos adolescentes, la inteligencia tiende a reforzar los pensamientos, incluso cuando lo que plantean puede tener una consecuencia negativa o lesiva", termina Cánovas.

Según detecta en sus habituales actividades en colegios e institutos, cada vez es más habitual encontrar casos de autolesión en la web o movimientos que incitan -sobre todo a mujeres- a perder peso hasta desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria. "Esos movimientos están relacionados con formas de afrontar la angustia vital, porque se propone el dolor y la autoagresión como una forma de gestionar estados emocionales negativos, y se están disparando en redes sociales".

"Sabemos, por ejemplo, que uno de los mejores factores protectores para evitar el suicidio, que también se ha incrementado en estas edades, es sentirse parte de un grupo", indica Álava. "Por eso no podemos externalizar procesos en la IA porque hablar con los compañeros, abrirte con ellos, generar esos vínculos sanos y de seguridad con otras personas es especialmente importante en estas edades".

Un 2'6'5% de los jóvenes se siente solo de forma continuada

Los datos están ahí. Según el último Barómetro Juventud, Salud y Bienestar 2025, el 26'5% de los jóvenes de entre 15 y 29 años experimenta la soledad no deseada de forma continuada. Pero el 87'7% de los jóvenes la ha sentido al menos una vez.

Ambos expertos insisten en la importancia de que los padres también se formen para comprender qué hacen niños y adolescentes cuando se colocan frente a una pantalla. En el caso de Guillermo Cánovas, su equipo ha puesto en marcha la página miraconquienhablan.com, un espacio que reúne información y recursos para que las familias trabajen en casa cuando sus hijos empiezan -o ya han comenzado- a usar estas herramientas.

Por su parte, Silvia Álava, miembro del Observatorio del Juego Infantil, participa en la elaboración del menú del juego saludable, una guía que propone equilibrar los tipos de juego en la infancia. En este planteamiento, las pantallas ocupan solo un 10 %, mientras que casi la mitad del “menú” corresponde a juego al aire libre, con un papel destacado también para el juego reglado y las actividades en familia.

El evento ha tenido lugar en un colegio del distrito de Hortaleza y forma parte del proyecto 'No Solo Son Pantallas', una iniciativa que nació con el propósito de proteger a los niños del mal uso de la tecnología.