La Acebeda de Robregordo: un tesoro botánico único en Madrid

Robregordo

Nos vamos esta semana hasta el extremo norte de la Comunidad de Madrid para descubrir la Acebeda de Robregordo, un enclave singular que constituye la dehesa boyal de este pequeño municipio y que, además, está considerada la acebeda mejor conservada de toda la región.

La ruta arranca junto a la antigua carretera N-I, desde donde tomamos el camino que conduce al área recreativa de El Plantío. Tras cruzar el arroyo, el sendero inicia un suave ascenso. Al sobrepasar la puerta que da acceso a la dehesa, comienzan a asomar los primeros acebos. A medida que avanzamos, estos arbustos —cada vez más numerosos y de mayor porte— se entremezclan con los robles que los acompañan, configurando un paisaje de gran belleza.

El camino continúa paralelo al arroyo de Santo Domingo hasta enlazar con la pista forestal conocida como La Horizontal. Una vez incorporados a ella, nos dirigimos hacia el sur, avanzando por un tramo prácticamente llano rodeado de pinos silvestres. Al abandonar el pinar, aparece a la izquierda el muro de piedra que delimita la dehesa. El acceso se realiza por un pequeño zarzo o cancela.

Desde este punto comienza un descenso que nos conduce hasta un antiguo pilón, ya en pleno corazón de la acebeda. Aquí, el visitante se ve rodeado de densas masas de acebos, a las que se puede acceder a través de pequeños senderos que se abren paso entre la vegetación. Se trata de un paisaje excepcional: aunque el acebo suele aparecer como parte del sotobosque de pinares, hayedos o robledales, es muy poco común encontrar formaciones donde esta especie sea claramente dominante. La combinación entre las condiciones climáticas de la zona y el manejo tradicional del ganado ha permitido que sobreviva este valioso legado natural.

Las espesas agrupaciones de acebos brindan refugio tanto al ganado como a la fauna salvaje frente a las inclemencias del invierno. Además, sus frutos —que maduran entre noviembre y diciembre— se convierten en una fuente de alimento fundamental para numerosas aves cuando otros recursos escasean.

La ruta finaliza regresando al área recreativa de El Plantío, cerrando así un recorrido circular lleno de encanto y naturaleza pura.

Cabe recordar que el acebo es una especie protegida. Está terminantemente prohibido cortar sus ramas o recolectar sus frutos. Disfrutemos de estos espacios respetando siempre su riqueza y fragilidad.