El Levante desciende a Segunda División tras salir goleado (6-0) del Santiago Bernabéu

Valencia

El Levante le perdió el respeto al fútbol cuando prescindió de Paco López en la octava jornada de Liga y apostó por Javier Pereira para recuperar a un equipo con una mentalidad muy frágil.

El presidente, Quico Catalán nunca se creyó al técnico pacense y al séptimo partido fue destituido junto a la cúpula del área deportiva.

El argumento del despido global fue la elección de un entrenador sin experiencia y la solución que propuso el presidente y secundada por su Consejo de Administración fue dejar a Alessio Lisci. Un entrenador novel, que había dirigido media temporada al filial y con el que decidió afrontar un mercado de invierno sin dirección deportiva. De locos.

De la decimoquinta a la vigésimo cuarta jornada el Levante deambuló por la categoría aguardando el descenso hasta que con la contratación de Felipe Miñambres la plantilla se reactivó, la conectó en el Wanda Metroplitano y la sostuvo hasta la última victoria frente a la Real Sociedad.

El Levante fue el mejor equipo de 'su' Liga durante doce jornadas, sumando 18 puntos sobre 36 posibles pero llegó al Bernabéu herido de muerte tras la victoria del Granada y del Deportivo Alavés y el fútbol no le concedió otra oportunidad tras haber tirado media liga a la basura, que le penaliza con un duro descenso y una penitencia económica de la que será difícil escapar si no regresa en un año a Primera.