Dos veces no puede ser un lapsus

València

La primera vez fue Javier Tebas, presidente de LaLiga, durante unos desayunos de la agencia Europa Press, el día siguiente al durísimo comunicado hecho público por el Valencia anunciando que Anil dejaba de ser presidente y empleado. Tebas, literalmente, dijo esto al respecto: "Vamos a ver, Murthy se ha marchado, ha dimitido (...) personalmente, era una situación insostenible para él". Alarmados por el concepto -y el argumento- utilizado por Tebas, en la Cadena SER preguntamos a fuentes oficiales de LaLiga. Esas palabras no tenían relación alguna con el contenido de la nota pública del consejo de administración del Valencia. La respuesta que recibimos fue que Javier Tebas había tenido un lapsus. Y aceptamos barco. Mosqueados, pero aceptamos barco.

Pero ayer, apenas diez días después del supuesto lapsus de Tebas, Gennaro Gattuso que, como el presidente de LaLiga, también tiene hilo directo con Singapur, volvió a decirlo durante su rueda de prensa de presentación en Mestalla: "El 29 de mayo viajé de Malpenza a Singapur con Murthy. Llegamos allí y al día siguiente me llegó la noticia de que había dimitido". En el momento en el que Gattuso pronunció esa frase, la Cadena SER ya había preguntado al técnico previamente y el micrófono ya no volvió a nuestra posición en la sala de prensa (solo se permitía una pregunta por medio), porque nos hubiera gustado repreguntarle públicamente a Rino para que aclarara qué ocurrió realmente en Singapur el 30 de mayo. No obstante, Carlos Martínez se dirigió a Sean Bai nada más acabar la comparecencia de Gattuso para buscar una explicación en privado. El nuevo director general, muy educadamente, le aclaró que había sido "un error de traducción" e insistió en que Anil Murthy "había sido despedido".

Miren, Anil Murthy -afortunadamente- es historia. Le recordaremos como el presidente más indigno en 103 años de historia del club. Y por eso precisamente es importante que quede meridianamente claro si, como pretendía hacernos creer el comunicado, Peter Lim decidió fulminarlo por sus errores groseros, su manifiesta incapacidad y sus constantes faltas de respeto al cargo. Escuchando a Tebas y Gattuso, parece que su marcha responde más bien a un enjuague negociado con el máximo accionista. El comunicado sería un lavado de cara populista a Meriton con el que tratar de acallar al personal. Sería aconsejable que, en esa línea aperturista que ayer inició con las redes sociales -y que debería continuar con la junta de accionistas-, Sean Bai diga públicamente la verdad al respecto. Una vez, pudo ser un lapsus. Dos... no cuela.