El Valencia recibe una manita (5-2) quedando sus vergüenzas defensivas al desnudo

Valencia

Es lo que tiene el fútbol: el verde no engaña a nadie. Y, justo cuando veníamos de conocer la opinión de Gattuso sobre sus centrales y las posibilidades que estos le ofrecen para jugar con la defensa adelantada, llega el Stuttgart y le pinta la cara al Valencia dejando al desnudo sus importantes carencias defensivas.

Es cierto, como dijimos también en las buenas (las dos victorias ante el Borussia Dortmund y el St. Gallen), que sólo son amistosos veraniegos y de estos partidos no se deben extraer demasiadas conclusiones. Pero igual que nos agradó el excelente momento de forma de Guedes o la capacidad del equipo para elaborar juego desde atrás (el gol de Guedes en el segundo amistoso es la prueba más evidente), también conviene coger el bolígrafo rojo y apuntar lo negativo, que ha sido fundamentalmente palpable en el tercer amistoso ante el Stuttgart.

El equipo alemán noqueó desde el inicio con una presión asfixiante a un Valencia incapaz de empezar una sola jugada desde atrás. Y, ya como primer ejemplo de las carencias defensivas que aún crecerían durante el partido, los problemas del quinto central que considera Gattuso óptimo para su zaga: Foulquier. Utilizado ya en esta posición en alguna ocasión de urgencia por Bordalás, Gattuso quiso alinearlo en el once junto al jefe de la zaga, Gabriel. Y la prueba salió rana. Mucho tendrá que trabajar el italiano con Foulquier si quiere desplazarlo del lateral al centro de la defensa con asiduidad.

Así llegó el primer gol alemán, que fue replicado por un tanto de Marcos André (tras otra combinación entre dos que se entienden muy bien: Guedes y Samu) un cuarto de hora después, estableciendo un empate que se rompería al borde del descanso tras un fallo garrafal de Mamardashvili, fallando en el borde del área al entregársela a un rival. El meta georgiano es, sin duda, una revelación que, además, aguarda un poderoso futuro. Pero, así como es un felino de reflejos bajo palos, tiene una asignatura pendiente que trabajar a fondo: el juego con los pies, que le ha costado más de un disgusto desde que aterrizó en el Valencia. Este segundo gol del Stuttgart es un ejemplo.

Iban a continuar los problemas atrás en la segunda parte. Quedándose Foulquier en el vestuario, el quebradero de cabeza atrás iba a tener un nuevo protagonista: Comert. Y no esto no es nuevo. Si en los primeros amistosos había superado satisfactoriamente el trámite, el suizo despertó los fantasmas que le acompañaron desde su llegada mostrándose, en la era Bordalás (que acabó defenestrándolo), mostrándose impreciso y fuera de lugar. Así llegó el tercero de los alemanes cuando todavía no se había cumplido el primer minuto de la segunda parte.

De nuevo recortó distancias minutos después Marcos André, al que le podemos guardar un puesto en la casilla de buenas noticias de pretemporada: ya lleva tres goles y parece dispuesto a aprovechar las oportunidades que le está dando Gattuso con el objetivo de justificar, por fin, la elevada inversión (9 millones de euros) que hizo el Valencia en él hace apenas un año.

Pero el Stuttgar tardó sólo cuatro minutos en volver a poner tierra de por medio en el marcador con una nueva jugada en velocidad. Y a punto de acabar el partido, en el 89', llegó la manita en una jugada que ejemplifica la necesidad de trabajo defensivo en este Valencia de Gattuso: pase horizontal de Rubo Iranzo; Racic está lento, no la puede controlar y se la roban; pase en profundidad a la espalda de los centrales del Valencia, que sólo pueden ver cómo el Stuttgart hace el quinto.

Con esta primer derrota, el Valencia pone fin a su stage por centro Europa y regresa a casa. Ahora, continuará el trabajo diario en Paterna, donde Gattuso tendrá que seguir empleándose a fondo para ajustar los fallos defensivos si quiere seguir adelante con su idea de zaga adelantada confiando al máximo en lo que tiene. Así pues, a trabajar y a ver resultados el sábado de la próxima semana en Inglaterra ante el Nottingham Forest.