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La joya ambiental y estratégica de la Sierra Calderona, cercada por el fuego

¿Por qué es tan importante esta sierra, situada entre las provincias de Valencia y Castellón, y hay tanto temor a que las llamas devoren parte de su flora y fauna?

Imagen de El Garbí en la Serra Calderona / Sergio Formoso

Valencia

El incendio devastador de Bejís (Castellón) avanza hacia el sureste y eso implica una amenaza directa sobre la Sierra Calderona, considerado el pulmón verde de la provincia de Valencia y uno de los enclaves ambientales y paisajísticos más queridos y visitados de la Comunitat Valenciana. Además, desde esta madrugada, los bomberos intentan controlar otro incendio forestal declarado en la zona oeste del Parque Natural, en el término municipal de Olocau, cuyo alcalde ha ordenado el confinamiento preventivo de la población.

¿Por qué es tan importante esta sierra, situada entre las provincias de Valencia y Castellón, y hay tanto temor a que las llamas devoren parte de sus tesoros de flora y fauna? El último gran incendio que afectó a esta zona tuvo lugar en verano de 2017, cuando el fuego arrasó 1.300 hectáreas entre los municipios de Gàtova, Segorbe, Altura y Soneja, un tercio de ellas dentro del Parque Natural. La Sierra de Calderona fue declarada Parque Natural en 2002 y alcanza a 18.019 hectáreas de una quincena de municipios al noroeste del área metropolitana de València con fauna y flora autóctonas y protegidas.

El Parque Natural, cuyo ámbito territorial coincide con la denominada Zona de Protección en el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales de la Sierra Calderona, se extiende entre las provincias de Castellón y Valencia e incluye sectores de términos municipales como Albalat dels Tarongers, Algimia de Alfara, Altura, Estivella, Gátova, Gilet, Marines, Náquera, Olocau, Sagunto, Segart, Segorbe, Serra y Torres Torres. La Generalitat Valenciana basó su decreto, en enero de 2002, en el "carácter excepcional de dicho espacio natural en el contexto territorial de la Comunidad Valenciana, por sus valores ecológicos, paisajísticos y etnográficos".

Situada entre los ríos Palancia y Turia, supone uno de los parques de mayor superficie de la Comunitat Valenciana. Posee unos valores muy destacados en lo que respecta a variedad y buena conservación de hábitat forestales, junto a una fauna variada como el águila perdicera, el halcón peregrino, el búho real y el águila culebrera.

Según la Generalitat, esta zona es un "ejemplo típico" de área central de sierra mediterránea valenciana prelitoral pues la abrupta orografía, junto con la variedad de orientaciones topográficas y de sustratos rocosos, tanto silíceos como calcáreos, permiten la existencia de una vegetación y una flora diversas y de gran interés. Los ambientes geológicos también destacan por su variedad y abundancia de enclaves singulares. La fauna es muy variada con distintas zonas forestales, de matorral, rupícolas, de ribera y de cultivo.

"Todo ello modulado por la interacción secular entre medio físico y actividad humana, en un contexto histórico agro-silvo-pastoral, generador de un ambiente rural tradicional de gran valor ambiental, paisajístico y cultural", recogía el decreto oficial de la entonces Conselleria de Medio Ambiente, actual Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica.

La Generalitat se decidió también a proteger este espacio natural ante "impactos negativos" producidos durante las últimas décadas "que comprometen seriamente la pervivencia de sus valores ambientales y culturales y aconsejan la habilitación de medidas administrativas específicas para mejorar su control". Destacan "los incendios forestales recurrentes, la urbanización incontrolada de segunda residencia, el vertido de residuos urbanos, las transformaciones agrarias masivas y la afluencia desordenada de visitantes en ciertos ambientes", según el Gobierno valenciano.

¿Y cuáles son los lugares más visitados de todo ese manto verde? El más emblemático es el mirador del Garbí (una montaña de casi 600 metros en Estivella), seguido del mirador de La Pedrera en Serra, el Molí de la Ceja en Gàtova, el monasterio de Sant Esperit de Gilet, la Mola de Segart, el Salt de Náquera, el Picayo en Sagunto o el castillo de Torres Torres.