Kamila Ferreira, superviviente de 30 años en la prostitución: "España es la Tailandia europea maquillada"

Alicante

Kamila Ferreira salió de Brasil con la ilusión de trabajar de "niñera", le dijeron, y acabó 30 años prostituida por clubs y casas de Chile, México y luego en España, en Valencia y Alicante. Un milagro la sacó de las calles y ahora vive libre, estudia, tiene contrato de trabajo y está escribiendo un libro para contar su historia: la de que "España es la Tailandia europea maquillada".

Pide que no nos acordamos de estas mujeres con las que se sigue traficando por el mundo entero solo en días como este, en que celebramos el Día Internacional contra la explotación sexual y la trata de personas.

Un día en que en que hemos hablado con las víctimas y con quienes se ocupan de recuperar a estas mujeres que logran escapar de una vida rodeada de abusos y malos tratos.

Solo en la provincia de Alicante se contabilizan 74 prostíbulos, lo que hace que las comarcas alicantinas de la Marina Alta y la Vega Baja constituyan auténticas “rutas del sexo”.

Además, la tolerancia hacia la prostitución es sensiblemente mayor en nuestra provincia: el 53 %, frente a la media autonómica del 39 %, según los estudios de la UMH y la UA encargados por la Conselleria que se presentaron ayer, y que han estudiado la incidencia de la prostitución en la provincia.

A ello hay que unir la gran concentración de anuncios en Internet de pisos donde se ejerce la prostitución que se ubican en los centros urbanos de Benidorm y de Alicante capital.

Allí mismo estuvo más de un año prostituida Kamila, después de diez años previamente en Valencia, donde sufrió todo tipo de abusos, secuelas producidas durante los 30 años que estuvo "en el sistema prostitucional", como ella misma lo califica, y con las que vive ahora que es una mujer liberada.

En su calendario particular tiene marcado el 26 de octubre de 2019. El día en que una vecina del barrio se interesó por ella al verla llorando en la acera y le pagó a su proxeneta el dinero que le pidió por dejarla ir. Ahora esta vecina es su mujer amiga, ella está estudiando, tiene contrato de trabajo, es miembro de la asociación abolicionista feminista radical "Las independientes" y escribe un libro para concienciar a otras mujeres en su situación, sobre que otra vida es posible.

Una nueva vida que les ofrecen en centros como la Casa de Acogida "Nuevos Comienzos", el único de este tipo que existe en la provincia desde hace dos años y que acoge a 24 mujeres víctimas de trata y a 9 menores. Su labor la completan con una unidad móvil que en este año ha atendido a 160 mujeres. Mujeres inmigrantes "que llegan rotas", dice su directora, Agustina Canales, y a las que se ofrece una atención integral: dese asistencia sanitaria, educativa, jurídica hasta la psicológica, tan importante para ellas.

Por cierto, que esta noche y mañana, la fachada de la Subdelegación del Gobierno volverá a estar iluminada para sensibilizar sobre esta forma de violencia sobre mujeres, niñas y niños.