SER Deportivos BenidormSER Deportivos Benidorm
Más deportes | Deportes
balonmano

El TM Benidorm cae ante el Sinfín antes de su crucial choque europeo en casa

Los del Palau d’Esports sufren un varapalo moral antes del importante partido de ida de la Liga Europa EHF del próximo martes

Imagen del partido disputado en Santander entre el TM Benidorm y el Sinfín

Benidorm

Dejó escrito Sun Tzu, hace más de 2.500 años, aquello de que la mejor defensa es un buen ataque. Han pasado 25 siglos desde que el reconocido estratega militar chino escribiera ‘El arte de la guerra’ y todavía, a día de hoy, ese manual de trece capítulos sigue siendo el manual de referencia de generales y coroneles de medio mundo… y de no pocos responsables deportivos porque, aunque incruento, el deporte, el de alto nivel, no es más que una guerra sin cuartel entre dos equipos o deportistas que lo único que buscan es superar, por estrategia o por saturación, al rival.

Quizás ese manual de guerra descanse también en alguna estantería del despacho de Fernando Latorre, que volvió a apostar ante el Sinfín cántabro por la superioridad numérica en el ataque que tan buenos resultados le dio hace una semana en casa frente al Firgoríficos del Morrazo.

Pero en el deporte, como en la guerra, también es importante que el rival no se sepa de memoria las tácticas que van a desplegar en el frente contrario y en ese trabajo de conocer las debilidades del contrario en esta ocasión ganó la partida Rubén Garabaya, que planteó una defensa numantina y aprovechó casi todas las opciones de las que dispuso para que sus chicos sustentaran la primera victoria del Sinfín en su casa sobre la ventaja adquirida en goles a puerta vacía.

Fernando Latorre, como ya reconoció en la extensa entrevista emitida este mismo viernes en Ser Deportivos Marina Baixa, tiene lo que tiene a su disposición. La baja de James Parker sigue escociendo y por mucho que los chavales jóvenes pongan de su parte para cubrir el hueco dejado por el argentino, las opciones actuales del TM Benidorm pasan por planteamientos que, en ocasiones -como ha sucedido en la visita a Santander-, resultan kamikazes.

Los de La Albericia arrancaron como una auténtica galerna, esas tormentas fuertes y explosivas tan típicas del Cantábrico, poniendo distancias en el marcador. Los de Benidorm, por su parte, supieron remontar hasta empatar el encuentro antes de, ya en el tramo final de la primera mitad, marcharse al vestuario con una desventaja de sólo un gol (18-17) que dejaba las cosas tremendamente abiertas para el segundo asalto.

El arranque del tramo final del encuentro siguió el mismo guion que la primera parte. Los de Santander se marchaban en el marcador y los de Benidorm, siempre a remolque, pero sin perderle la cara al partido; jugaban sus bazas para volver a poner las tablas en el luminoso del histórico pabellón cántabro (22-22).

Una exclusión y un bajón de juego benidormense permitió que los santanderinos alcanzaran su renta máxima con una ventaja de cinco goles (30-25) que, con lo que quedaba por delante, parecía ya definitiva e insalvable.

Sin embargo, los visitantes no bajaron los brazos e insistían, una y otra vez, en conseguir la sorpresa, llegando al último minuto de partido con el 33-32 en el marcador que, al menos, daba opción a arrancar un empate que, por desgracia para los intereses de los de Fernando Latorre, no llegó.

Esos minutos finales estuvieron marcados por una fuerte polémica arbitral cuando a falta de dos minutos una falta en ataque de los cántabros desató una tormenta que terminó con un pelotazo en la cara al portero benidormense que no fue sancionado por los colegiados que, a pesar de ello, exigieron al cancerbero que abandonara la cancha por la sangre que estaba brotando de su cara, signo evidente del balonazo recibido.

Esa situación hizo explotar al entrenador benidormense que acabó siendo expulsado dos minutos. Unos momentos, en definitiva, de errores arbitrales y de máxima tensión que desconcentraron a los jugadores benidormenses que ya no podrían rehacerse para buscar el tanto del empate o, incluso, de la victoria.

La derrota en Santander deja un poso amargo en un equipo que no termina de encontrar la fórmula para ser tan solvente fuera como lo es en casa (dos victorias en el Palau frente a dos derrotas como visitante son los números provisionales de la actual campaña) y, sobre todo, supone un revés moral del que sólo tendrá unas horas para recuperarse antes del importantísimo encuentro del próximo martes, esta vez en su cancha del Palau, frente al Amicitia de Zúrich en busca del pase a la fase de grupos de la Liga Europa EHF.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00