La bola de nieve sigue creciendo

Valencia

Carlos Soler llevaba en el Valencia desde los 7 años. Se incorporó al club de Mestalla en 2005, después de haber descollado en los querubines y benjamines del Bonrepós. El pasado 1 de septiembre se hizo oficial su traspaso al PSG por 18 millones de euros fijos más 4 en variables. La negociación, como desveló la Cadena SER, llegó a estar bloqueada durante 24 horas porque el equipo francés cambió las condiciones pactadas verbalmente y envió una propuesta por escrito en la que pretendía llevarse a uno de los capitanes del Valencia cedido con opción de compra obligatoria. Cuando se cerró la operación, el jugador voló a Francia desde la terminal privada de Manises asegurando que daría explicaciones más adelante: "Hablaré más tranquilamente cuando pase todo esto".

Carlos Soler ha estado en el Valencia 18 de los 25 años de su vida. Su elección y la de sus agentes/responsables de comunicación fue despedirse a través de un vídeo en redes sociales. Disputó su último partido como valencianista el 29 de agosto contra el Atlético de Madrid sin saber -al menos no al 100%- que se marcharía del club tres días después. No hubo una rueda de prensa pública en Mestalla, la que siempre fue casa. Tampoco la ha habido en estas dos semanas de parón por los compromisos de las selecciones internacionales. La apretada agenda de los futbolistas, ya se sabe. Lo que sí se está produciendo es una tournée mediática en la que Soler trata de, hablando tranquilamente, explicar las razones de su salida.

He escuchado y leído sus argumentos. Primero, en RNE: "Si digo la verdad, siempre me quise quedar pero obviamente con una serie de condiciones, no sólo económicas que parece que todo el mundo lo lleva por ahí sino también en cuanto a años de contrato y un proyecto serio y veo que durante todo el proceso de renovación el club no se acerca a eso. Yo me mantengo firme en mi decisión porque así lo creo e intento defender lo mío". La información que tiene y que siempre ha defendido la Cadena SER es que los agentes de Carlos Soler pedían cuatro millones netos por temporada y un contrato a largo plazo. Carlos está en todo su derecho, ojo. Él no tiene la culpa de la renovación que le firmó Anil Murthy en 2019 sin ser todavía capitán ni internacional absoluto. El entonces presidente demostró su incapacidad -una vez más- tomando una decisión que, además de caer como una bomba en el vestuario, le puso la soga en el cuello al Valencia. En la situación a la que Peter Lim ha llevado al club estando fuera de Champions y sin ambición deportiva, era un contrato que solo podía renovarse por la voluntad de Soler -aceptando una oferta en condiciones económicas muy similares- o en un acto de locura populista impropio de alguien como LayHoon. No veo a la mano derecha de Lim haciendo un Soriano y diciendo "alguien pagará esto" después de darle a Rodri y a Carlos Soler el dinero que pedían. Sobre todo porque ese alguien es quien le paga a ella.

Después de decir en RNE que no era solo una cuestión de dinero, que el Valencia no le ofrecía un proyecto "serio", esta mañana leo en Levante unas nuevas declaraciones de Soler. "Le pedí al Valencia renovar para toda la vida. Un contrato de ocho o nueve o diez años". Me pregunto qué profesional -pudiendo marcharse a otra empresa- se ataría ocho, nueve o diez años a un contrato sabiendo que trabaja para alguien que no tiene un proyecto serio.

Y creo que todo esto de Carlos es mucho más sencillo. Estábamos preparados para unas explicaciones más simples y, si se me permite, más sinceras. Algo así: "Con Meriton, el Valencia se ha empequeñecido en las últimas temporadas. Aquí, tengo difícil crecer más porque ya he tocado techo y va a ser difícil que gane títulos. Evidentemente, me voy a un sitio en el que me pagan más, pero puse como condición obligatoria salir de la que siempre será de mi casa después de un traspaso. La entidad necesita dinero y creo que todos salimos ganando". Hace muchos meses que las cartas estaban marcadas. Peter Lim no quiso romper sus -nuevas- reglas para darle a Carlos Soler un contrato más alto. Y los ejecutivos de aquí le ofrecieron el mejor contrato que este Valencia pequeñito le podía ofrecer. Rodri, como suele hacer casi siempre, llevó la negociación a un límite inasumible para el Valencia. Unas peticiones que eran como decir indirectamente "nos vamos".

Meriton no ha querido que Carlos Soler siga a cualquier precio. Carlos Soler no ha querido seguir en el Valencia a cualquier precio. En realidad, es así de simple.

Y de triste.