Tiempos sediciosos
La Columna de Carlos Arcaya: «Tiempos sediciosos»
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Alicante
No confundir la sedición con la seducción. Aunque no son términos tan alejados. La RAE entiende por sedición el alzamiento colectivo y violento contra la autoridad, el orden público o la disciplina militar; pero también, la sublevación de las pasiones. Y ahí, encontramos la coincidencia con la seducción.
Vivimos tiempos sediciosos, en los que el ruido de las redes sociales -que se utilizan como armas colectivas para atacar al que no piensa como nosotros- se trata de trasladar a la realidad siguiendo, incluso, estrategias para arrebatar pasiones.
Pero, además -y no solo les pasa a algunos políticos que no dejan de ser el reflejo de la sociedad en la que vivimos-, vamos perdiendo la capacidad para seducir, para persuadir o cautivar; algo que no es intrínsecamente negativo, aunque esa sea la primera acepción que la RAE le da al término. Seducir también significa convencer y para ello son necesarios argumentos, autoridad moral y hechos.
Los populismos, con su apelación a las emociones y a las falsedades, son sediciosos. Y, por cierto, convencer y seducir son incompatibles con el uso de la violencia, del tipo que sea.