La huerta del sur se degrada

Valencia

Nadie discute que con el paso de los años se ha generalizado una mayor sensibilidad por la huerta que rodea València y los productos frescos que brinda. No solo está creciendo la sensibilidad, también el activismo. Lo vimos con la ampliación de la V-21 y la huerta de Alboraya, con el PAI de Benimaclet, y ahora con el acceso norte a Mislata y la huerta de la partida de dalt de Campanar. Movimientos en contra de determinadas infraestructuras alegando el respeto a la huerta. Pero ni de sensibilidad ni de activismo vive la huerta. Para que la huerta sea de verdad respetada ha de ser cultivada, ha de ser trabajada. Solo llenándola de actividad se puede garantizar su supervivencia. Lo digo por la huerta del sur de València, a la que deberíamos mirar un poco más. Basta con pasearse por algunos campos para ver que muchos presentan síntomas de degradación.