Retos para un nuevo arzobispo

València

Enrique Benavent tiene por delante el reto de despertar una iglesia valenciana algo aletargada, sin apenas vocaciones y con los templos cada vez más vacíos. Va a tener que tirar de los seglares, sobre todo de los más jóvenes, y de su entusiasmo, para agitarla. El nuevo arzobispo además tiene otra tarea: la de reconstruir algunos puentes que el cardenal Cañizares ha roto con sus controvertidas declaraciones. Capacitado, desde luego lo está y además conoce la plaza: fue obispo auxiliar de València hasta su traslado a Tortosa hace 10 años. Desde luego, de Benavent se espera más empatía y menos beligerancia política que la que mostró su antecesor. Eso sí, que nadie espere una revolución en la iglesia valenciana. Los cambios, si se producen, serán lentos, discretos, sin hacer ruido. Al estilo del papa Francisco, el referente de Benavent. Señor arzobispo, bienvenido y mucho acierto.