Esta semana se pone en marcha de forma provisional el primer carril BUS-VAO de la Comunitat Valenciana, en la autovía V-21
El nuevo carril BUS-VAO solo lo podrán utilizar los autobuses y los vehículos privados que estén ocupados por, al menos, dos personas incluyendo el conductor
València
Esta semana está previsto que se ponga en servicio de forma provisional el primer carril BUS-VAO, para vehículos de alta ocupación, de la Comunitat Valenciana. Será en la V-21, en la ciudad de València, entre la capital y Massalfassar, en ambos sentidos. El objetivo del Ministerio de Transportes es mejorar la fludidez del transporte público e intentar reducir el número de vehículos que circulan por la carretera, ya que se fomenta compartir coche para evitar atascos.
El nuevo carril BUS-VAO solo lo podrán utilizar los autobuses y los vehículos privados que estén ocupados por, al menos, dos personas incluyendo el conductor. Estos vehículos podrán utilizar el carril prioritario y evitar los de uso común que habitualmente sufren atascos en hora punta en esta carretera de acceso a València. Los carriles BUS-VAO estarán en el margen izquierdo de la calzada y no tendrán separación fija, pero se multará a los vehículos que accedan sin cumplir los requisitos.
Se consigue la reducción del tráfico
En España ya hay carriles de este tipo en tres provincias: en la A-6, en la comunidad de Madrid, en la A357 y la A756 en Málaga, y en la autovía MA19, de acceso a Palma de Mallorca. Además, se ultiman nuevos carriles de alta ocupación en la A-2 en Madrid, en Granada y en Sevilla. Según los datos del Ministerio de Transportes la instalación de estos carriles consigue reducir el tráfico a medio plazo.
Un ejemplo es el de la autovía A-6, que entró en servicio en 1995 y que consiguió, en sus primeros diez años, reducir el número de vehículos con un solo usuario del 85 por ciento al 47 por ciento. Además, se aumenta la velocidad de los autobuses, por lo que se mejora el servicio.
Así son los carriles BUS-VAO
Según la definición del Ministerio de Transportes, los carriles Bus-VAO son carriles de la calzada que se encuentran reservados para la circulación de ciertos vehículos: los autobuses y los considerados Vehículos de Alta Ocupación (VAO). El objetivo de la implementación de esta medida es mejorar la fluidez tanto del transporte público y de los VAO, "fomentando de este modo la regularidad del transporte público y la utilización de los vehículos por más de un usuario, lo que conlleva finalmente a una reducción de número de vehículos en circulación, como parte del proceso hacia una movilidad más sostenible".
Los vehículos de Emergencias (bomberos, policía, protección civil y sanitarios) así como los equipos de mantenimiento quedan excluidos de las restricciones. Además, no están autorizados a circular por estos carriles, independientemente de su ocupación, los turismos con remolque, los ciclomotores, las bicicletas y los vehículos de tracción animal.
Una exigencia del Ayuntamiento
En el caso de la V-21 en Valencia el carril BUS-VAO fue una exigencia del Ayuntamiento de València que obligó a modificar el proyecto inicial del Ministerio de Transportes y que retrasó las obras. Como avanzó la Cadena SER en septiembre, los trabajos se terminarían a final de año así que en los próximos días debería estar todo terminado.
La apertura del carril VAO de esta semana será de forma provisional, mientras se rematan los trabajos de ampliación de la autovía. Y todo después de varios años de obras, con las consiguientes molestias para los conductores que día a día pasan por allí.
Tres modificaciones
La ampliación de la V-21 entre Alboraya y València acumula hasta tres modificados. El primero se tuvo que acometer después de que los partidos políticos exigieran reducir al máximo la superficie de huerta afectada. Esto obligó a introducir cambios técnicos en el diseño de la anchura.
Recordemos que estos cambios exigidos por los partidos vinieron precedidos de protestas y acciones de colectivos ecologistas, que llegaron a bloquear el paso de las máquinas, teniendo que intervenir los cuerpos y fuerzas de seguridad para permitir el derribo de la alquería Forn de Barraca. Unas movilizaciones que vinieron acompañadas, en paralelo, con actos de vandalismo y sabotaje sobre las obras y la maquinaria empleada en los trabajos.
Meses después hubo que acometer un segundo modificado, este relacionado con el estado en el que se encuentra la estructura del puente de la V-21 que salva las vías del tren a la altura de la playa de Patacona. Se introdujeron cambios para reforzar el viaducto, alinear parte del terraplén, e introducir sobre él gravas mucho más drenantes, según explican fuentes conocedores del proyecto. Eso también trajo consigo unas semanas de retraso.